Calidad es una herramienta básica e importante para una propiedad inherente de cualquier cosa que permite que la misma sea comparada con cualquier otra de su misma especie. Sin embargo, cuando hablamos de calidad humana, ésta se refiere a la parte axiológica del hombre. Sus valores, sus costumbres, hábitos y sus antecedentes. Desgraciadamente en el ámbito político se carece de ello. En este proceso electoral, estamos ante una situación donde la degradación de la política es evidente.
Los dueños de las franquicias llamadas partidos políticos hacen hasta lo imposible por conservar el registro, perderlo significa una desgracia económica para ellos. Por esa razón se valen de la popularidad barata para permear a un electorado carente de cultura política.
Ahí está el PRI, que metió entre sus filas, mediante una diputación plurinominal, a la intérprete de películas de ficheras, Carmen Salinas. Su motivo fue seguramente ganarse la simpatía del electorado menos preparado del país. Hoy, tanto el partido turquesa, Morena y el PT abren el abanico a futbolistas, actrices, payasos, cómicos, strippers y lo que se aparezca, pero que tenga jale con el electorado. Total, lo que importa es conservar el registro.
Comentarios