Luis Ramírez Baqueiro /
“La esperanza es el sueño del hombre despierto.” – Aristóteles.
Con el proceso electoral de julio del 2018 se confirma que los partidos como simples entes políticos no cuentan con la suficiente fuerza para encarar por si mismos un proceso electoral de tal envergadura.
La llegada del formato de Coaliciones, abrió el espectro de cómo garantizar presencia para muchos de estos institutos políticos, que por sí solos no podrían encarar una justa comicial.
Es de esta manera, como el factor franquicia de algunos partidos se consolida como el fiel de la balanza, que habrá de inclinar para uno u otro bando la determinación popular traducida en las urnas.
Nueva Alianza es por mucho la franquicia política con mejores resultados en Veracruz, pues tan solo en el pasado proceso comicial se alzó con el triunfo en 18 municipios de la entidad.
Mucho de este esfuerzo se verá recompensado en este año, de la mano de las nominaciones a diversos cargos de elección popular en disputa.
Así la posible coalición para el senado se daría con el PRI y el PVEM.
Dicha medida habría de llevar a la fórmula de Juan Nicolás Callejas Arroyo, a bajar a María del Carmen Pinete Vargas, legisladora federal del PRI por el Distrito de Tantoyuca.
Para dicha misión el PANAL ha convidado a su actual dirigente Merida Mar Domínguez, quien haría el uno, dos, con posibilidades de acercar más al triunfo a Pepe Yunes y, porque no, aspirar a llegar a la Cámara Alta federal.
De antemano se sabe que el responsable en gran medida del crecimiento exponencial de la marca en el proceso electoral comicial anterior habría sido el candidato por la Región de Los Tuxtlas, Vicente Benítez.
El actual diputado local, estaría próximo a buscar la reelección en su Distrito con amplias posibilidades de volver a repetirle su dosis de “estate quieto” al legislador federal, Jorge Carvallo Delfín, quien sin apoyo gubernamental, mejor esconde la cabeza para evitar que se la coman los perros.
Del otro lado, el partido que encabeza Luis Castro Obregón, ex secretario Particular de la lideresa nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, hoy pagando sus karmas por determinación del presidente Enrique Peña Nieto.
Lo cierto en todo este negocio de la democracia los más perjudicados habremos de seguir siendo los ciudadanos, quienes observamos como aficionados a la fiesta taurnina, como estos personajes se desangran, para luego volverse a cargar de fuerza y con ello, seguir pegados a la ubre que representa un cargo de elección popular.
Al tiempo.
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