Crecen posesiones demoniacas: Arzobispo de Xalapa

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Xalapa, Ver. El arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Hipólito Reyes Larios FOTO: PATTY BARRADAS/FOTOVER
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Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Han aumentado las posesiones demoniacas por la maldad registrada recientemente en la población.

Así lo reveló el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, en la homilía dominical celebrada en la Catedral Metropolitana.

El Sacerdote detalló que el acercamiento de la gente a la “Santa Muerte” u otras cuestiones oscuras han detonado el problema en la sociedad.

«Hoy vivimos en un ambiente de mucha maldad y de mucha inclinación hacia las cosas esotéricas o la búsqueda del poder de Satanás, a través de la mal llamada Santa Muerte o la niña blanca, a través de las supersticiones, incluso los pactos con el diablo».

Lo anterior, también ha ocasionado que más gente padezca enfermedades psicológicas o acercamiento directo con el diablo.

«Por eso hoy tenemos mucha gente enferma, no solamente de enfermedades psicológicas, psíquicas, sino mucha gente que ha dado cabida a la presencia del espíritu del mal».

Esta situación ha obligado a todas las diócesis del estado de Veracruz a designar exorcistas que se encarguen de cada caso.

«Hoy tenemos que tener siempre un exorcista en todas las diócesis y otras personas que tienen ese poder de parte de Jesucristo para poder realizarlo. Para ello, se necesita primero comprobar, los que hayan visto la película del exorcista, ahí lo dice de una manera muy sensata porque van agotando todos los recursos humanos hasta llegar a decir: esta es una auténtica posesión», añadió Reyes Larios.

El Arzobispo refirió que en esta capital del estado se llevan a cabo exorcismos, en menor magnitud que lo evidenciado en proyectos cinematográficos.

«Porque, insisto, tenemos una sociedad muy enferma y por lo mismo también nosotros como creyentes tenemos que tener confianza en Dios, en Jesucristo, y no ser temerosos del poder del demonio. Decía Santa Teresa: el demonio es como un perro amarrado, encadenado, que solamente muerde a los que se le acercan, a los que lo van a provocar o a los que van a contemporizar con él», concluyó.

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