A pocos de días de definirse los participantes para las contiendas internas de los diferentes partidos políticos y alianzas que competirán para la elección presidencial del 2018, y ya listos los precandidatos de Morena y el PRI, en el Frente Amplio Democrático se están haciendo bolas. Ahora, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, alza la mano para ser el que encabece esta alianza. El día de ayer, en conferencia de prensa ofrecida en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Mancera aseguró que buscará la candidatura, «sin importar el método que elijan los partidos».
Por su parte, en el PRD no perdieron el tiempo ante la decisión del jefe de gobierno y cerraron filas para apoyar su candidatura. Alejandra Barrales, líder del partido del Sol Azteca, declaró que en Miguel Ángel Mancera ven a «una presencia que puede fortalecer al Frente». Asimismo, el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, quien buscaba también la candidatura, declinó a favor de Mancera, argumentando que su aspiración personal «nunca será mayor que el futuro inmediato del país».
La realidad es que Miguel Ángel Mancera representa una oportunidad para que el PRD pueda negociar con el PAN posiciones importantes en las candidaturas de los estados, donde podrá acomodar piezas importantes en los congresos estatales y en las cámaras de diputados y senadores. Es decir, el PRD empuja a Mancera como moneda de cambio, porque los azules se quieren comer todo el pastel electoral del 2018. Ya se verá si esta decisión cambia el rumbo de un frente que se ve naufragar.
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