El cuestionable trabajo del INE como árbitro electoral

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Instituto Nacional Electoral (INE) FOTO; WEB

Una de las cualidades principales que debe tener un árbitro es su imparcialidad al tratar con los diferentes rivales. Su rectitud debe quedar manifiesta al no mostrar preferencia por cualquiera de los competidores; si en algún momento se deja llevar por su simpatía o inclinación por algún competidor, éste perderá la confianza y calidad moral.

Eso es precisamente lo que ha pasado con el Instituto Nacional Electoral (INE). Este organismo necesita recuperar la confianza de los mexicanos. Después de las elecciones del 2006, la credibilidad de este árbitro ha quedado por los suelos. El INE hizo un trabajo cuestionable donde la validez de las elecciones estuvo muy alejada de la voluntad de las mayorías.

Si el INE sigue empeñado en continuar en el mismo camino y muestra simpatía por el poder en turno, el precio será muy caro. El riesgo de perturbar la paz social y armonía en las 32 entidades federativas es real, la irritación y el descontento podría desbordarse. Y es que, sin ser alarmistas, el pueblo cada día está más informado y organizado. Eso debería pensar muy bien el Gobierno Federal, si pretende que nuevamente puede hacer de las suyas con la voluntad de las mayorías.

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