Efectivamente Meade no cae mal, es carismático, tiene presencia y lo principal, no es priista. Sin embargo, la visión de su persona se nubla cuando se analiza con detenimiento los intereses que representa. Es como cuando el novio es trabajador, bien parecido y sin embargo su familia es de dudosa reputación. No es casualidad que las añejas y desgastadas organizaciones corporativas como la CNC, CTM y la CNOP abiertamente lo respalden en la clásica bufalada.
Por lo pronto, el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, declaró que Meade es parte de la mafia del poder y que no es gratuito que la mayoría de los cuadros priistas se cuadren ante el que puede ser su próximo jefe. Por cierto, la clase empresarial coludida con el poder público se apresta a arropar al precandidato priista.
Ahora sólo basta esperar a que el Frente (dizque Ciudadano) meta la mano al sombrero de copa y saque de manera magistral el ungimiento del Chico maravilla, Ricardo Anaya. Así que pronto veremos a estos precandidatos en el carril para correr este Derby electoral, donde sólo uno se alzará con la victoria.
Hasta el momento, aunque AMLO es el puntero en las encuestas, nadie tiene segura la victoria. Factores como la guerra sucia, la compra de conciencias y el uso indiscriminado de programas sociales podrían inclinar la balanza para el tricolor. Recordemos que en esas lides el PRI cuenta con doctorado y experiencia de sobra.
Comentarios