Rafael Pérez Cárdenas / Por su naturaleza, como la mayoría de los políticos, al Gobernador de Veracruz poco le interesa el gobierno, su interés está centrado en el poder. Acaso el gobierno le resulta atractivo como medio de acceso al poder. ¿Cuál es la diferencia? Podríamos escribir otra enciclopedia británica con ellas.
El gobierno es la expresión del Estado para satisfacer la demanda social. El poder es un acto de dominación: sobre la naturaleza, sobre las personas, sobre las cosas. Por eso es que el mandatario estatal está tan poco preocupado de ejercer el gobierno, lo que realmente le ocupa es ejercer el poder.
Por eso, el Primer Informe de Gobierno será un mensaje de lugares comunes, destacando logros que no son suyos, sino que tienen su origen en los recursos del gobierno federal; en simular el reconocimiento de errores graves como la inseguridad, aludiendo a que es una constante en todo el país; que cumplió con detener a los saqueadores duartistas, aunque a Javier lo haya detenido la Interpol y él haya pactado con el resto de los señalados. Por eso urge que se acabe este penoso asunto del Informe.
Desde hoy, como desde hace dos años, todo se constriñe a la elección del 2018. Y para eso, entre su círculo más cercano empiezan a delinear la estrategia que les permita facturar al menos un millón de votos por la vía de este ejercicio del poder; el resto de los votos llegará, suponen, de quienes mantienen su enojo por los agravios del gobierno anterior.
Eso explica que una gubernatura bien vale una Alerta de Género; antes de las elecciones, a pesar de la presión social de activistas de todo el país, el gobierno no cumplirá –esa responsabilidad será cargada políticamente al Congreso- con las reformas para despenalizar el aborto en los términos que plantean incluso los acuerdos internacionales. No va a chocar con la Iglesia como sí lo hizo Enrique Peña hace un par de años. Los católicos, en agradecimiento, podrían sumarle unos 200 mil votos.
Tanto para la Iglesia y el gobierno, esto no se trata de un asunto de principios, sino de intereses, y lo pactado beneficia a ambos.
El segundo elemento en la ruta es su bastión electoral. En el corredor Veracruz-Boca del Río –al que se suman los municipios periféricos como Medellín y Alvarado, entre otros- esperan conseguir una cifra cercana también a los 200 mil votos; basta recordar que en la elección de 2016, ahí lograron una ventaja de 100 mil votos, los mismos que al final marcaría la diferencia entre Miguel Ángel y Héctor Yunes.
Y de muestra un botón: en la elección municipal, Veracruz fue el municipio con el porcentaje de abstención más alto, sin embargo, el candidato –Fernando Yunes, hijo del Gobernador- fue quien más votos alcanzó en todo el estado.
El tercer ingrediente es el aporte de los aliados: los García y los Chapos, entre otros. En regiones del estado plenamente identificadas –Pánuco, Tantoyuca, Chicontepec en el norte; Córdoba y Zongolica en el centro-, esperan conseguir carro completo. Estos distritos podrían aportar a la causa yunista al menos otros 150 mil votos, gracias a los oscuros pactos alcanzados, garantizando impunidad… y poder.
¿Y sabe usted porqué Vicente Benítez no ha sido molestado por la justicia a pesar de ser uno de los hombres más cercanos a Javier Duarte? Porque a él le corresponde la tarea de llevar los 230 mil votos del Panal a las urnas en favor de la coalición PAN-PRD. Pero no sólo eso, servirá también de plataforma alterna para que los candidatos favoritos, que por razones políticas o de equidad de género no puedan salir por la coalición, lo hagan por el Panal.
Por eso es que mueve a risa la denuncia por siete millones de pesos que han abierto por un supuesto desvío de recursos a favor de la organización Antorcha Campesina. Es un movimiento de tres bandas que repercutirá en el Congreso.
El millón de votos, en la lógica del PAN-PRD, podría completarse con el activismo que realicen los presidentes municipales que entran en funciones el próximo 1 de enero; los mismos a los que el precandidato Yunes Márquez ha venido dorando la píldora sobre el gobierno exitoso. Aunque Morena tiene municipios muy relevantes, la suma de todos los de la coalición PAN-PRD permitirá alcanzar sin sobresaltos esta cifra.
Así, el resto de los votos, unos 250 mil vendrían de la generosa aportación de los alcaldes en capilla -aquéllos cuyas cuentas públicas están en riesgo y que no tendrían empacho en entregarse al Gobernador- y de quienes se asumen como ciudadanos agraviados por la década trágica del duartismo fiel.
De esta forma, no hay muchas expectativas en el candidato presidencial del PAN-PRD, en los aspirantes al senado o en los diputados federales y locales. Lo que aporten será bienvenido, pero no será determinante.
¿Qué si son cuentas alegres para garantizar una monarquía? Lo sabremos muy pronto. Habrá que esperar qué dice Dante.
La del estribo…
- Señalados como el origen de todos los males en materia de seguridad y de justicia, los policías viven su propio calvario. El 70 por ciento ha tenido que comprar sus uniformes; el 93 por ciento siente temor por la tarea que desempeña; el 34 por ciento de ellos –son hasta pocos- tienen la impresión de que hay corrupción en sus mandos; el 26 por ciento ha sufrido humillaciones dentro de la corporación. ¿Y así pretenden que hagan su trabajo con eficacia y dignidad?
- El listado sobre las propiedades del ex secretario de Seguridad Pública en Estados Unidos –que él mismo dio a conocer en su momento- fueron desechados como elementos de prueba en su contra. Ahora la FGE pide que corran a la jueza que la acusó que no cumplía con las reglas del Código de Procedimientos Penales. Así la justicia en Veracruz.
* Columna publicada originalmente para el portal Formato Siete
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