Luis Ramírez Baqueiro /
“El triunfo no está en vencer siempre sino en nunca desanimarse.” – Napoleón.
A escasas semanas de que el PRI haga oficial a su candidato a la presidencia de la República y a gobernador de Veracruz, el panorama que enfrenta este instituto político en la entidad es sumamente complicado.
Sin apoyo real de sus bases, sus estructuras son verdaderos cadáveres de lo que fuera el otrora poderoso aparato político de un gobierno totalitario, donde la determinación sobre el futuro de sus militantes dependía del dedazo del presidente o del gobernador en turno, quien determinaba quien se unía a la nueva estructura gobernante vía las candidaturas.
Eran los tiempos donde el simple hecho de ser considerado, te hacia el próximo alcalde, diputado, senador o incluso gobernador.
Hoy al PRI no le queda nada de eso, solo un presidente como Enrique Peña Nieto, que busca, analiza, evalúa cual será la mejor salida en la determinación de un candidato que le pueda cubrir en la medida de lo posible las espaldas, para no terminar como el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, tras las rejas y con una lapidaría sentencia social, que lo califica ya como el sexenio donde se privilegió la corrupción como “modus operandi”.
En el estado que lo tiene todo, como alguna vez se usó el slogan para una administración priista, la apuesta del posible candidato del PRI es saber con qué capital partidista contará, cuando el ánimo y la animadversión social las lleva todas contra sí el propio instituto político.
Volteando a sus estructuras, al PRI no le queda mucho, una militancia de bases -expresada en sus presidentes de seccional- a los que la maquinaria priista Duartista desatendió, bajó el entendido que era más fácil coaptar a los funcionarios de casillas, que entregar miles de millones de pesos para movilizaciones a su militancia, pues así sobraban hartos pesos para poder embolsárselos en las talegas.
Personajes como Ranulfo Márquez, Gabriel Deantes hicieron inmensas fortunas basados en su supuesto conocimiento electoral y de movilización, que solo con el respaldo de la fuerza pública, pudieron echar andar, sin que nada, ni nadie, les hiciera perder.
En la realidad, ni la CNOP, ni la CNC, ni el OMPRI, ni ninguna de las otras estructuras adherentes como la CTM, CNC, CROC, representan capital alguno, la garantía del voto corporativista se extinguió con la democratización de los procesos electorales.
Solo un movimiento sobrevive a esta debacle total, una que se conformó con los fundamentos del liderazgo de su fundador Aquiles Córdova Moran y que ha caminado a lo largo de los últimos 42 años acompañando al PRI en sus procesos.
Calificado por sus rivales como la maquinaria de extorsión del PRI, acusados de someter a sus militantes bajo consignas y amenazas, es en los hechos considerada la única de las agrupaciones adherentes que mediante la gestión de sus liderazgos y sus representantes populares, ejecuta y realiza obra a favor de sus representados, dejando con ello, espacios para la formación de nuevas generaciones con base en actividades culturales, deportivas, artísticas, cosa que ningún otro grupo realiza con tal fuerza.
La presencia del Movimiento en Veracruz de la mano de Samuel Aguirre Ochoa, ha permitido que el ideario antorchista se vea reflejado en la contribución a la solución de problemas como la falta de vivienda que padecen millones de mexicanos, o quienes no cuentan con un lote en el cual puedan construir sus casas, o que viven en casas de lámina de cartón o de zinc, con pedazos de madera, sin servicios básicos elementales, como lo son la luz, el agua, el drenaje, escuelas centros de salud.
Para muestra de sus aportes, uno de ellos es la fundación de la colonia Aquiles Córdova Morán y su respectiva ampliación, en el municipio de Córdoba, Veracruz, con lo que se benefició a 3 mil 200 familias que ahora tienen un pedazo de tierra en donde construir sus casas; además se logró introducir la red eléctrica para 2 mil 200 familias, obra que tuvo un costo de 19.5 millones de pesos, recursos gestionados por los Diputados Federales Antorchistas ante la Comisión Federal de Electricidad en la Ciudad de México.
Recientemente en la Conmemoración del 35 Aniversario del Movimiento en Veracruz y ante la presencia del senador José Francisco Yunes Zorrilla, antorcha mostró su musculo con la presencia de 25 mil córdobeses que agradecieron el apoyo brindado por el legislador al movimiento.
Obras como las desarrolladas en Xalapa, son la evidencia de que aun cuando siempre habrán de estar en el ojo del huracán, los resultados les avalan, calles, redes de agua potable, electrificaciones, construcción de albergues y polideportivos, y más recientemente el Teatro “Salvador Díaz Mirón” son muestra fehaciente de sus acciones.
Sin lugar a dudas, es Antorcha Campesina el último reducto priista con capacidad de movilización y fortaleza para poder catapultar una nominación al gobierno de Veracruz, pésele a quien le pese, le guste a quien le guste.
Si la dirigencia del PRI o el propio candidato desatienden al movimiento, habrán quemado en vano el último bastión efectivo de ese instituto político con capacidad de recuperar la gubernatura.
Sextante
Pues empleados de la Subdirección de Protección Civil del ayuntamiento de Xalapa denunciaron que la nueva regidora de Morena, Guillermina Ramírez Rodríguez, exsecretaria de Silverio Ávila Contreras desde hace seis meses es aviadora de esa área bajo la alcahuetería del subdirector y sin que esté enterado el Alcalde Américo Zúñiga, pese a que la antes empleada ya será parte del cabildeo morenista Guillermina la flamante nueva regidora de Morena, no tiene ni la preparatoria terminada y ahora quien ocupa su puesto es su hija Fanny Ramírez con la molestia de todos los empleados pues también no cumple con el horario laboral. Ojalá el alcalde le llame la atención a Silverio subdirector de Protección Civil pues puede traicionarlo.
Al tiempo.
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