El 2016 fue un mal año para el PRI, el partido del presidente Enrique Peña Nieto perdió siete de las 12 gubernaturas en juego y, en esta contienda, la oposición se quedó con cuatro estados en los que había gobernado de forma consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas. Además, el desprestigio de los priistas es enorme en Veracruz. Les pesan 12 años de rebatinga y voracidad por parte de los dos últimos ex gobernadores.
Como se puede ver, los resultados electorales no fueron nada alentadores. La sociedad veracruzana regada en los 212 municipios, en la gran mayoría les dio la espalda a los candidatos del tricolor, incluyendo al candidato a gobernador. Sin embargo, y a pesar de todo en contra, el tricolor se metió a la bolsa 928 249 votos, sólo por la diferencia de 126, 484, la alianza Unidos para Rescatar Veracruz PAN y PRD se alzó con la gubernatura.
Por esa razón, cobra importancia que el tricolor escoja buenos candidatos, especialmente para la dura competencia por la gubernatura, no olvidemos que el candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, juntó 809, 626 votos y el efecto “Peje” puede convertirse en un verdadero tsunami. El PRI, en la persona de Pepe Yunes, tiene un candidato fuerte y sin cola que le pisen, es el único que puede dar oxígeno al tricolor, si la cúpula priista escoge a otro, tenga la seguridad que estará cavando su propia tumba.
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