Si le escarban más al caso de la Secretaría de Turismo van a encontrar verdaderos desfalcos. Por ejemplo, una empleada que tenía una excelente relación con la titular de Turismo de esa época, a pesar de cubrir una plaza como analista, se ostentaba como directora de Cinematografía, y con ello obtenía viáticos para viajar en avión, como si fuera funcionario de primer nivel.
Y qué decir de los videos que realizaron con Ana de la Reguera. Los implicados son Leticia Perlasca Núñez, entonces secretaria de Turismo, y Tomás Ruiz, secretario de Finanzas de esa época. Por esos tres videos se pagaron 25 millones de pesos. El primer video dura 75 segundos, los otros dos 33 segundos cada uno. Es decir, esos 141 segundos de promoción nos costaron 25 millones de pesos a los veracruzanos, es decir 177 mil 304 pesos cada segundo.
¿Y a dónde fueron a parar esos pagos? Pues a la empresa Cerene SA de CV, considerada por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) como una empresa fantasma, de esas que tardíamente detectó el SAT y que los funcionarios de Javier Duarte utilizaron a mansalva.
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