¡Sismo bendito!, deja obsoletos a los políticos

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Voluntarios de la Ciudad de México buscan incansablemente en los escombros sobrevivientes del colegio Enrique Rébsamen FOTO: WEB
- en Opinión

Édgar Hernández* / 

¡La sociedad civil despierta exige una nueva clase gobernante!

Ciudad de México, 21 de septiembre.- Grandes lecciones nos deja el sismo del pasado martes 19.

Participar de la mano de más de cuatro millones de mexicanos en ininterrumpida movilización en pos del rescate de los caídos por el terremoto en una manifestación de unidad y entrega, de solidaridad y disposición, es demostrar el real valor del gobierno y sus políticos.

No necesitamos más de ellos.

Sus acciones demagógicas quedaron rebasadas por la organización social, por el despertar ciudadano. Por un trabajo sinfín pico y pala al hombro de millares de mexicanos a cambio de nada, tan solo de la satisfacción del deber cumplido.

Estos sí son héroes.

La sociedad civil, la nuestra, a la que pertenecemos acaba de dar un mensaje claro a nuestros representantes populares –mezquinos diputados y senadores- que no necesitamos un centavo de sus jugosas quincenas; que no los necesitamos con sus brigadas cosméticas de auxilio y que en los hechos no sirven para nada… ni para legislar.

El mensaje es claro para la clase política en el gobierno, rebasada por un fenómeno que devastó una parte de México ante el alud ciudadano volcado para tomar las riendas con víveres, medicinas, dinero en mano, cascos, picos y palas para la remoción y extracción de atrapados; con el puño arriba ordenando silencio, cumpliendo sin contar historias telenovelescas como las de Televisa con una menor, Frida Sofía, que solo existió en la mente perversa de los Azcárraga y sus patrocinadores.

Son mercenarios manipuladores en pantalla. Son los mismos de siempre Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola.

Fue un mensaje claro para los voraces Salinas Pliego y Carlos Slim abriendo cuentas bancarias en favor de los damnificados –siempre terminan embolsándose el dinero- ante los miles de héroes anónimos que por horas, bajo la lluvia, se ha mantenido enhiestos ante el reclamo de ayuda al caído.

Los he visto. Los hemos visto cien millones de mexicanos.

La ayuda de los perros adiestrados en las zonas siniestradas fue más importante para el rescate de los hermanos en desgracia que el silencio de Ochoa Reza o el de Andrés Manuel López Obrador que anda en Europa como la Magdalena, de queja en queja, de llanto en llano.

El Partido Verde desaparecido, valió madre. El PRD, el PT, Encuentro Social y el de Dante Delgado con su Movimiento Ciudadano, decadente igual que él, que sirvieron para maldita la cosa.

Asesorías jurídicas gratuitas, todos los restaurantes de postín y fonditas de comida corrida abrieron sus puertas a todos los brigadistas, cientos, miles para que comieran gratis.

Los albergues por toda la ciudad de México y cinco entidades funcionando al cien sin la participación de la autoridad para evitar la transa, corrupción, el medrar con los apoyos.

Mientras los políticos mostraban carteles donde se negaban tajantemente a aportar un céntimo de sus salarios para los caídos, organizaciones humanitarias y de comunicación, artistas y gente del pueblo aporta.

Facebook y Google adelantan donativos millonarios en dólares; Salma Hayek, un millón; Lady Gaga, dos millones; Belinda, seis millones de pesos.

Mientras los del gobierno en busca de lo mediático. Orondamente apareciendo en la TV, preparando sus escenarios con un “¡Todo está bajo control!.. con escenografías llenas de maquillaje y eficiencia.

Paran las escuelas de todas las zonas afectadas, pero un necio gobernador –Oh, desgracia- el de Veracruz, Miguel Angel Yunes, grita que no se interrumpan las clases, quetodos los planteles están en buenas condiciones”, cuando al día siguiente la sociedad veracruzana repudia tal mentira ante el cúmulo de planteles educativos afectados.

Chocan y se trenzan marinos y el ejército por “ayudar” y resguardar las zonas de desastre, pero las redes los descubren descansando tomando café y charlando mientras millares de ciudadanos hacen gigantescas cadenas humanas trasportando víveres y sacando escombros.

Protección Civil quiere salir en la tele y se va a las zonas donde están las televisoras, mientras a Xochimilco, Puebla, Cuernavaca y el Estado de México no les quieren echar un lazo.

Hoy México está listo para el cambio.

No necesita más a sus políticos, ni a sus gobernantes, menos a sus representantes populares.

Los programitas de Sedesol solo son escudos electorales ya que a la hora de la verdad se escondieron; las paraestatales con profundo sentido social, solo son de pantalla.

Hoy observar a los peritos en ingeniería de construcción nos dieron una gran lección. Cientos, miles su sumaron a la cruzada de prevención… ¡Gratis!

No hubo necesidad de fideicomisos para el rescate y atención de  damnificadores. La gente abrió sus casas para darles albergue. Tampoco hubo necesidad de implementar programas de auxilio técnico: grúas gratis, ambulancias gratis, herramienta gratis, hospitales privados gratis, comida gratis.

Masones, el penta, universitarios, preparatorianos, amas de casa –vi a gente de la tercera edad llevando a los albergues azucar, arroz y frijoles. Los paterfamilia nunca se cansan de ayudar.

¿Para qué pagar impuestos si todo se lo transan?, es el grito de la gente que aporta sin nada a cambio.

Llegan a los albergues en bicicletas o motocicletas que nadie roba, entregan y se van.

¿Quieres se brigadista?

Lleva tu cubeta, agua, pico y pala y entras”. Los mirones no caben.

Eso es solidaridad.

Hoy el pueblo de México muestra que no necesita a sus políticos. Una nueva clase gobernante habrá de emerger de este despertar de la sociedad civil.

Es el momento de poner fin a la corrupción. De exterminar a las rémoras. De iniciar la verdadera construcción del nuevo México, Veracruz incluido.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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