Las empresas fantasmas: de los Pinos a Yúnete*

Estafa
La Estafa Maestra, un gran reportaje del Portal Animal Político que muestra acciones de corrupción en el uso de empresas fantasma por parte del Gobierno Federal FOTO: ANIMAL POLÍTICO
- en Opinión

Rafael Pérez Cárdenas / Las empresas fantasmas se han convertido en el cáncer social y económico de nuestro país. Según su origen, tienen dos propósitos específicos. Cuando estas se crean desde el gobierno, lo que se busca es desviar recursos públicos en beneficio personal para amasar grandes fortunas; y cuando estas vienen del sector privado, su utilidad se enfoca en lavar dinero proveniente de actividades ilícitas, ya sea de carácter empresarial o de la delincuencia organizada.

Podemos decir que coloquialmente una empresa fantasma es una sociedad que se utiliza ilícitamente para realizar operaciones empresariales simuladas y que no tiene activos reales o constituyen fachadas corporativas que tienen por única finalidad defraudar o evadir la aplicación de la ley.

Para darnos una idea, más de la mitad de la actividad generada por la economía mexicana se mueve en una franja en que se cruzan el lavado de dinero y la evasión de impuestos. Para eso son las empresas fantasmas. México ocupa el tercer lugar en países más corruptos de acuerdo con un informe desarrollado por la agencia de investigación estadounidense, Integridad Financiera Global. Según las cifras, México perdió $46 mil 186 millones de dólares en diez años por actos de corrupción, evasión fiscal y lavado de dinero.

El problema es cuando, en lugar de prevenir, investigar y castigar estas actividades, es el propio gobierno quien las realiza. Desde Los Pinos hasta la Asociación Civil “Yúnete”, pasando por decenas de ex gobernadores y los Panama Papers, las empresas fantasmas son el modus operandi.

Sólo hay que revisar algunos medios para darnos cuenta de la metástasis provocada por las empresas fantasmas:

Al menos 186 compañías fantasma a nombres de mexicanos que ni siquiera sabían que fueron usados para una “gran estafa” recibieron 7 mil 670 millones de pesos del Gobierno federal, de acuerdo con una exhaustiva investigación llamada “La gran estafa” del portal Animal Político y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).

– Durante los seis años que Javier Duarte fue gobernador de Veracruz se constituyeron al menos 225 empresas fantasma, que en conjunto defraudaron 20 mil 940 millones de pesos al Sistema de Administración Tributaria (SAT). Una investigación del diario El Financiero reveló que el SAT investiga una red de empresas en Veracruz que se constituyeron legalmente y que facturaron operaciones inexistentes durante varios años con el objeto de evadir impuestos.

– Miguel Ángel Yunes Linares está siendo investigado por la PGR a raíz de denuncias según las cuales cuando dirigía el ISSSTE sacó de ahí recursos para que él y su familia compraran, de manera indebida, una escandalosa cantidad de inmuebles.

– A través de 12 empresas fantasma, Rafael Jesús Abreu, ex director de la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz (CAEV) y Presidente de Yúnete AC, habría planeado saquear el año pasado recursos de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento en Coatzacoalcos. “Mira, como te comenté la estrategia fiscal serían 12 empresas 4 estructuras de 3. No tendrán relación ni una ni otra. Todo está bien cuidado por eso el servicio es caro pero profesional no como los pendejos que asesinaron a Duarte. Ese tema ya lo tengo cubierto”.

En nuestro patriotero país de ficción, los ricos roban a los pobres –a través del cobro excesivo de los servicios públicos, el costo del dinero y las propias empresas fantasmas- y los pobres fastidian a los miserables a través de la violencia y el despojo. Como parte de este círculo social perverso, el gobierno se ha convertido en un cómplice guardián a cambio de mantener sus propios privilegios. ¿A poco Hacienda no se entera a dónde va a parar este dinero?

En cualquier parte del mundo capitalista, las empresas están hechas para generar riqueza. A partir de un capital inicial, se desarrolla un proyecto para ofrecer un bien o servicio a la población; el margen de utilidad sirve para garantizar la existencia de la empresa, generar beneficios económicos al dueño y participar a los empleados de esta riqueza a partir de un ingreso, que a su vez, les permite satisfacer sus necesidades adquiriendo otros bienes y servicios.

Aquí funciona completamente al revés. Las empresas se crean ex profeso para acumular dinero y generar pobreza. No existe ningún proyecto, y por tanto no se ofrece ningún bien o servicio. El margen de utilidad es absoluto porque no hay ningún tipo de gasto en insumos y operación porque nada existe. Tampoco hay empleados que tengan un ingreso que los vuelva consumidores de otros servicios. La rueda de la economía se detiene.

¿Por qué no hay dinero ni empleo en Veracruz? Por que miles de millones de pesos se han quedado en cuentas personales sin producir nada. Son solo diques económicos que sirven a una vida de impúdica ostentación que se realiza en otras partes del país y del extranjero.

Hasta ahora, las alternancias en varios estados del país –incluido el nuestro- han servido para destapar la corrupción de los gobiernos salientes. Pero esta no se ha prevenido ni sancionado. Así que, con una nueva alternancia, el próximo año seguiremos conociendo de nuevos escándalos de empresas fantasmas por todos lados.

Como siempre, los carniceros de hoy serán las reses de mañana.

La del estribo…

  1. En este México bárbaro, un hombre es asesinado por una razón: por venganza, por soplón, por traidor, por ladrón, por encargo, por dinero… pero siempre hay una razón. Una mujer es asesinada sin razón alguna, sólo por el hecho de ser mujer. Mientras en el respeto por la vida no haya equidad, las políticas de género seguirán siendo sólo discursos.
  2. Detrás de la tragedia de Mara, hay muchas cosas que debemos rescatar. Pese a la violencia generalizada, aún no perdemos nuestra capacidad de indignación y solidaridad; las redes empiezan a organizarse para cuidarnos de lo que el gobierno es incapaz. Con su muerte, también nos recordó que estamos vivos y que muchas cosas las estamos haciendo mal. Gracias Mara.

 

* Columna publicada originalmente para el portal Formato Siete

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