Y en el PAN, ¿dónde está el piloto?

Anaya
Ricardo Anaya

Si algo se le reconoce al PRI es su poder para poder minar y filtrar a otras fuerzas políticas. La máxima de Maquiavelo de «divide y vencerás» es usada en toda su máxima expresión por la élite tricolor. El obús mediático lanzado contra Ricardo Anaya, líder de los panistas, por medio de la prensa oficialista, dio en el blanco.

Inmediatamente las fuerzas de poder del PAN, identificadas con Margarita Zavala, mediante Cordero y Lozano, rasgaron sus vestiduras y se curaron la cruda con agua bendita, dividiendo al partido y acatando instrucciones del PRI para que la presidencia de la mesa directiva del Senado quedara en manos de Ernesto Cordero, hijo putativo de Felipe Calderón.

Hoy el PAN está dividido, no hay un liderazgo fuerte, todos se tiran a matar, la lucha por el poder es fratricida y todos buscan agua para su molino. Entre este oleaje político, el PAN capitalino ha solicitado sancionar a los senadores que hayan incurrido en desacato a los acuerdos del grupo parlamentario albiazul.

Esta situación, desde luego, que tiene un autor intelectual, o varios; algunos señalan al expresidente Felipe Calderón, lo que es cierto es que el PRI aplaude este escenario, ya que le permitirá poner a un fiscal de República que les permita cuidar sus espaldas, si es que permiten que llegue Andrés Manuel López Obrador a la presidencia.

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