Uno de los hombres recios y duros del gabinete de Felipe Calderón fue el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón. Este personaje, acostumbrado a vociferar y al protagonismo, es la punta de lanza de un grupo de diputados afines a Moreno Valle, que ahora se deslindan del liderazgo de Ricardo Anaya.
El hasta hace poco jefe de la Oficina del Gobernador del Estado de Puebla regresa al Senado, según él, para defender a Moreno Valle, aunque ya muchos alegan que pronto traicionará al acusado de espionaje presidencial. Otros creen que sólo viene al Senado para defender a Moreno Valle y a su esposa, y de paso ganar protagonismo, para competir por la gubernatura de Puebla.
Lo cierto es que, en el PAN nacional, la división ha llegado, y esto sin lugar a dudas favorece a los intereses del PRI, ya que la bancada priista está a todo vapor para quedar bien con el primer priista del país. Y es que Enrique Peña Nieto quiere dejar a un Fiscal a modo durante nueve años para que le pueda cuidar las espaldas, y eso, previendo que el tricolor pierda las elecciones del 2018 y su archienemigo Andrés Manuel López Obrador le quiera aplicar la voladora. Mientras eso sucede, en el PAN se comienzan a dar hasta con la cubeta, y todo por obtener un buen coto de poder.
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