Airbnb

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Airbnb FOTO: WEB
- en Opinión

Cecilia Muñoz / Los viajes que hacían nuestros abuelos ya no son los viajes que hacemos nosotros. Los últimos adelantos tecnológicos no solo se han colado en nuestra vida diaria, sino también en las escapadas que nos damos. ¿Quién necesita de un agente de viajes cuando en su teléfono inteligente tiene dos o tres apps que le organizan desde un fin hasta un mes de vacaciones? “Compramos los boletos en la web, reservamos en Airbnb, pedimos un taxi para la terminal por Taxi Amigo y allá nos transportamos en UBER”, es el ejemplo perfecto del plan de viaje del turista 2.0, aquel que con tan solo un par clicks es capaz de planear una salida sin intermediario alguno, aparte de los reviews (crítica o reseña) que otros turistas 2.0 han dejado a los servicios, lugares y apps que pretende usar.

Uno de los servicios que el turista 2.0 ha popularizado más en los últimos años es el de Airbnb, una plataforma de alojamiento gestionada por los mismos usuarios que ha dejado de lado cada vez más a los hoteles. De acuerdo con el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC)*, el turista 2.0 busca los sitios más importantes del lugar que visita y para ello necesita una ubicación estratégica que Airbnb le ofrece mejor que los hoteles tradicionales.

Y en efecto, Airbnb logra, en la mayoría de los casos, ofrecer al turista un alojamiento inmejorable, ya sea cerca de zonas turísticas, en áreas seguras y tranquilas, o próximo a bares y antros, con un precio mucho menor que el de los hoteles normales (por noche y por persona) y a menudo, con un anfitrión amable que a su vez la hace de guía de turistas, pues sabe que de su trato depende su calificación, review y futuros huéspedes. El servicio incluso prevé el alojamiento de mascotas y algunos anfitriones las permiten sin problema alguno.

De ahí que la popularidad de Airbnb haya crecido junto con el resquemor generado entre los empresarios hoteleros que no pueden pasar por alto que con más de 160 millones de huéspedes desde 2008 en 191 países, la app les está comiendo el mandado.

En Xalapa el servicio ya se ofrece en buena parte de la ciudad, lo que ha generado una disminución de 12% en la ocupación hotelera. Los empresarios llaman a esto “competencia desleal”, toda vez que los dueños que ofertan casas y habitaciones a través de Airbnb no pagan impuestos, empleados, servicios básicos en tarifas comerciales ni están registrados ante Profeco.

La exigencia de que se le ponga un alto o que se le cobre un impuesto por hospedaje a Airbnb no se ha hecho esperar, aunque de momento vemos que poco se ha hecho para responder a esta demanda de los empresarios hoteleros.

Personalmente ya he usado Airbnb y más satisfecha no he podido sentirme: económicamente accesible, buena ubicación, amabilidad de los anfitriones, disponibilidad de la cocina y otros detalles hicieron de mis visitas experiencias agradables. Si de conveniencia hablamos, lamentablemente un hotel difícilmente entra en mi lista de opciones.

Pero no todo está perdido para la industria hotelera, pues tengamos en cuenta que Airbnb es un servicio pensado más bien para aquellos que desean vivir la experiencia de ser “ciudadanos del mundo” que unas vacaciones 5 estrellas, y de acuerdo con SINClos expertos recuerdan que los usuarios de hoteles no siempre buscan lo mismo que los de los apartamentos, pues a ellos muchas veces acuden por motivos de trabajo y la localización en los puntos neurálgicos es secundario”. Un consuelo banal, por supuesto, que sin embargo nos habla de la necesidad de seguir fomentando convenciones, foros, y demás eventos profesionales de los que tanto se habla en Xalapa… O bien, de “renovarse o morir”.

 

*La ciencia explica la irrupción geográfica del fenómeno Airbnb: https://goo.gl/FDjavW

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