El gobernador es la persona peor informada de Veracruz

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El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / No tengo nada en contra de la actual administración estatal, es más, voté por Miguel Ángel Yunes porque lo consideraba el candidato que mejor podía cumplir con la agenda exigida por la sociedad veracruzana. Los otros simplemente no contaban con el perfil necesario. Héctor nunca pudo resolver el acertijo de cómo deslindarse de la fidelidad próspera; y, Cuitláhuac, tuvo siempre la sombra de la sospecha de ser el plan desesperado de salvación de Javier Duarte.

Debo reconocer que la razón por la que Javier Duarte se encuentre preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, en gran medida se debe al triunfo de Miguel Ángel Yunes, de haber ganado cualquier otro candidato, seguramente estaría disfrutando de la vida en sus residencias y moviendo los hilos del poder en el estado.

Pero hasta ahí, de la toma de posesión a la fecha, la postura que debemos tener como ciudadanos es crítica y escéptica. Las autoridades deben tener claro que esto es parte de la normalidad democrática que decidimos los veracruzanos, nunca más urras y fanfarrias inmerecidas.

¿Pero actualmente qué es lo que esta fallando? En mi opinión, la información y, por supuesto, la comunicación.

Recuerdo que, en alguna ocasión, mi abuelo, que es mi única referencia teórica de política, en una comida familiar, hace muchos años, se discutía que el gobernador era la persona mejor informada en el estado, a lo que él refutó categóricamente diciendo que eso era falso, que era lo contrario, el gobernador es la persona peor informada. Su argumento era sencillo, pero contundente, toda la información que recibe tiene un sesgo de interés. Buena parte de su tiempo lo tiene que utilizar en discernir y confrontarla para procesarla en relevante y de utilidad.

Partiendo que la información que recibe de sus colaboradores no sirve para nada y el actual gobernador parece que no la confronta, pues la comunicación es pobre y nunca referenciada lógicamente, es decir, los ciudadanos simplemente no cerramos el proceso por falta de elementos objetivos y claros.

En esta administración, ya van muchos ejemplos de esta falta de comunicación y todos han representado terribles problemas de confianza. Ejemplos sobran, pero uno, puede ser la ocasión en que el gobernador dijo que el ex gobernador Flavino Ríos se encontraba en prisión domiciliaria, mientras que el presidente del Tribunal lo desmintió, declarando que había pagado su fianza y se encontraba llevando su proceso en libertad. Otro ejemplo puede ser, el dinero y las propiedades recuperadas, mientras él sostiene que ya se recuperaron esos recursos y son parte del patrimonio del estado, otros no encuentran la información oficial que dé sustento a su dicho. Pueden ser hechos sin importancia, pero la confianza se pierde justamente así.

Me parece que una solución es salir del círculo de colaboradores y empezar a recibir información externa, es decir, tomar el pulso del estado directamente. Con esto no me refiero a ir demagógicamente a los mercados o tianguis, más bien entablar comunicación seria y estructurada con comerciantes, profesionistas, líderes de cámaras, productores del campo y porque no, periodistas.

Tomar el pulso de Veracruz, contrastar la información y construir estrategias inteligentes, de otra manera seguirá siendo la persona peor informada del estado.

Para terminar, no voy a hablar de las epístolas de Javier Duarte, es claro que lo único que intenta es silenciar a sus ex colaboradores. Se trata de valores entendidos entre ellos.

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