Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Grupos de entre cinco y diez personas patrullan en la colonia Los Pinos. Vigilan que los delincuentes no cometan más robos o asaltos y atenten contra sus familias.
La noche del lunes, más de 80 personas se reunieron afuera de sus viviendas, ubicadas a un costado de la exfábrica de San Bruno. Buscaban reorganizarse y aplicar nuevas estrategias de seguridad.
La omisión por parte de la Policía Estatal y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a cargo de Jaime Téllez Marie, los ha obligado a emprender labores de vigilancia desde la noche del domingo 6 de agosto.
Marcos García Andrade, presidente del Comité de Vecinos Vigilantes, cuenta que la gente está dispuesta a atrapar a los ladrones, para posteriormente lincharlos.
Las personas recorren las calles con machetes, bates de béisbol, palos de escoba y otros artículos domésticos, que utilizan como armas.
Están asumiendo las funciones de las autoridades, porque dejaron de confiar en las corporaciones policiales.
La colonia Los Pinos resulta todo lo contrario a la residencia oficial del presidente de la República Mexicana, ubicada en la Ciudad de México y conocida de la misma manera.
Allí, la seguridad alcanza los mayores estándares tecnológicos y el Estado Mayor Presidencial, se encarga de la seguridad de Enrique Peña Nieto y su familia.
Inútil, Policía Estatal
Sin embargo, Los Pinos, en Xalapa, da una zona alejada del Centro Histórico, donde las patrullas de la policía dejaron de hacer sus rondines. Se desconocen los motivos.
Los vecinos, hartos de que dos o tres casas sean saqueadas por semana, decidieron defenderse.
Se comunican por Facebook o aplicaciones de mensajería instantánea en teléfonos móviles, cómo Whatsapp.
Anteriormente, cuando detectaban a un delincuente en flagrancia, llamaban a la policía. Ahora, prefieren aplicar la justicia por su propia cuenta.
«Se han encontrado personas dentro de las casas, viene la policía y nos dice que quiere evidencias, que si tomamos fotos al delincuente cuando estaba adentro, nos dicen que a esa persona no se le pudo hacer nada. Por eso ya no pensamos solicitar el apoyo de la policía», narra García Andrade.
Los vecinos eligieron a ciertas personas para llevar a cabo la vigilancia pertinente durante todos los días.
Incluso, están haciendo una mínima aportación económica, para apoyar con un ingreso a quienes cuidan las viviendas y carecen de empleo.
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