Rojo amanecer

Rojo
México violento FOTO: EL ECONOMISTA
- en Opinión

Virginia Durán Campollo / El cielo del país, se viste de rojo. Al igual que la  película “Rojo Amanecer”, del cineasta Jorge Fons, la sangre salpica a México. La narrativa cinematográfica, del drama que vive una familia en uno de los edificios de Tlatelolco,  en el movimiento estudiantil de 1968, tiene actualidad. Se extiende a todos los estados de la república. No se puede explicar, por ningún motivo, el fracaso del gobierno federal en el asunto. Miles de millones de pesos,  destinados al fiasco. No hay pretexto. Se traspasó el límite. La presidencia de Peña Nieto, es más mediática que real. Es lo que a una corte, donde se vive el resplandor monárquico. Mientras el pueblo sucumbe,  entre las balas. Los cuerpos de los desaparecidos yacen, en las innumerables fosas clandestinas. Un infierno para unos común, para la mayoría inexplicable. No se puede con tanto dolor. Las autoridades omisas.

*** “México es un país violento. Así lo confirma la medición más reciente en la materia del INEGI, que señala a 2016 como el año con más homicidios en la actual administración federal. Del mismo modo, de acuerdo con proyecciones de expertos, se prevé que el año en curso sea el más violento desde 2011, en el sexenio de Felipe Calderón.  Detrás del fenómeno delictivo, de los miles de homicidios que se cometen todos los años a lo largo de la geografía nacional, hay autoridades que son cómplices u omisas con los delincuentes. Lo más grave es la existencia de una profunda descomposición generalizada que trasciende al pacto social”.

*** Fidel Herrera Beltrán, pintó de rojo a Veracruz. No solo coloreo de intensidad todas sus acciones, sino que uniformó a la clase gobernante. Su color preferido resultó fatídico. Hoy el estado tiene focos rojos en homicidios, secuestros, extorsiones, robos a  vehículos,  a casas, a negocios, lesiones y violaciones. Permitió la entrada a uno de los carteles más despiadados y los resultados de su mal gobierno trascienden a la actualidad. El satán prostituyó a la clase política. Corrompió  a las jóvenes mujeres, marcando un prototipo llamado la Reinis. Operadas de pies a cabeza, las jóvenes se dedicaron a la prostitución política, para enriquecerse. Lo mismo hizo con sus cargas maletas, a quienes enseñó el arte del saqueo con gran cinismo. Dentro de sus alumnos, destaca Javier Duarte el “come mocos” de su niñez. Todo lo que tocó lo prostituyó. El daño es irremediable.  Es una afrenta, que pretenda imponer a su hijo Javiercito Herrera Borunda, como candidato a gobernador por el miserable Partido Verde. Estos no se cansan, de exprimir la ubre presupuestal.

*** En Veracruz desaparecen 10 personas cada día: Colectivo por la Paz Xalapa.

***Y para las agruras del mole…usted sabrá que tomar. Hasta la próxima.

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