México de cabeza

México
Bandera de México FOTO: WEB
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“Aunque avergüence decirlo, sólo pensamos en la virtud

cuando no tenemos otra cosa que hacer.” – Séneca.

Campañas políticas vacías, corrupción, sin ton, ni son; asesinatos de periodistas; agresiones al Ejército por parte de huachicoleros, agresiones a sacerdotes en plena Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, así podríamos resumir la jornada periodística de este lunes.

Una jornada de inicio de semana en donde la celebración del Día del Maestro debería a ver arrebatado todos los titulares, sin embargo, al menos en Veracruz, lo que será titular mañana es la rechifla que recibió el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, en una suerte de venganza tardía del magisterio a su reforma al ISSSTE, o quizá por la falta de pago de algunos docentes que reclaman su pago desde hace más de un año.

Pero quizá lo que más lastima son dos hechos que nos vuelve a esa lastimosa realidad, en la que vivimos todos los mexicanos, que se llama impunidad.

Y es que gracias a esa figura, en nuestro país puede suceder todo, sin que nada de ello tenga consecuencias; y es que el manto protector que cubre a los delincuentes, sean del fuero común o federal deja a este país en evidencia, de que el sistema de justicia y mucho más el aparato de estado, está concebido con la única finalidad de pasar a re-joder al que menos tiene.

El caso que nos vuelve a indignar, es ahora el asesinato de un periodista más. La muerte del periodista y escritor Javier Valdez Cárdenas nos vuelve hacernos cuestionar, ¿hasta cuándo?

México es por mucho el país de América Latina con más periodistas asesinados, Articulo 19, Reporteros Sin Fronteras e infinidad de agrupaciones de comunicadores en el mundo lo señalan.

Y sin embargo, al gobierno federal, le vale una pizca y dos con sal.

En Veracruz, donde ser comunicador es una suerte de ruleta rusa, los mismos profesionales, seguimos a la espera del esclarecimiento de los más de 21 periodistas asesinados en los últimos años.

Y sabemos que lo más seguro será que re victimicen a los asesinados, e incluso, les conviertan en parte de la mítica cultura del narco corrido –ya que aquí, vale madre, todos son unos delincuentes y por ello merecen ser tratados como perros- en ese afán por destruir la verdad histórica y la verdad jurídica, pues qué más da, el asunto es salir del embrollo en el que la prensa mete a los políticos y criminales.

El grado de descomposición social, llega al extremo de encontrarse inmersos en una campaña electoral en Veracruz, en donde pareciera que partidos políticos y candidatos independientes, tienen como objetivo, el terminar de inmediato con el proceso electoral, porque de lo que se trata es de romper cualquier posibilidad de cambio.

Los cambios no son, ni serán jamás los aliados del México que vivimos, que enfrentamos y sufrimos.

Pero qué más da, si hoy puedes entrar a una catedral y apuñalar a un sacerdote, qué más da otro comunicador asesinado, si lo que importa es ver cómo nos perpetuamos en el poder, lo verdaderamente valioso es ver como rejoden al país, como pueden sangrarle más, y exprimirle la savia, el néctar vital al pueblo de México y Veracruz.

Vaya que nos importa, cuando lo más valioso es ver cuál de los 10 candidatos, cuando menos hila tres o cuatro ideas sensibles que puedan cuajar en el electorado, que a su vez, como verdaderos zombis, votaran por el partido menos malo, o menos peor.

Vergüenza nos debería dar, como ciudadanos, la actitud que como habitantes de este maravilloso estado asumimos, y que provoca que México este de cabeza.

Al tiempo.

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