El dilema de la semana tuvo que ver con la ejecución de un civil en el Palmarito, municipio de Puebla. Un civil, a pesar de que anduviera con chaleco antibalas, a pesar de que estuviera armado, a pesar de que hubiera disparado en contra de soldados del Ejército, es un civil. Ante esa acción no hay defensa, sobre todo porque el Ejército tiene por encargo hacer que la ley se cumpla.
A los soldados los entrenan para este tipo de situaciones, se comprende que en una situación como ésta debe haber mucho estrés, debe haber mucha rabia e impotencia, pero ellos son soldados, no son civiles. Nada justifica la ejecución de ese civil, ni siquiera el hecho de que fuese un supuesto delincuente.
De la ejecución tuvimos noticia por el video que se diera a conocer a la opinión pública. ¿Se imagina usted cuántas ejecuciones se llevan a cabo, por el estrés, por la rabia, quizá por el capricho de algún soldado y no nos enteramos porque no hay una cámara grabando? Por ello, porque está vez sí nos enteramos, se debe dar una sanción ejemplar.
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