El chile

Peña
Enrique Peña Nieto FOTO: WEB
- en Opinión

Virginia Durán Campollo / No es que ningún chile nos embone, lo que no cuadra es la corrupción, ineptitud y cinismo de la clase gobernante del país. El presidente Peña nos alburea y eso  sí es parte de nuestra cultura urbana.   Los olores que expiden los actos putrefactos de los servidores públicos, son nauseabundos e insoportables.  En éste pueblo no hay ladrones, como en la narrativa de Gabriel García Márquez. Son inocentes hasta que se compruebe lo contrario, según nuestras leyes, que regularmente es nunca. Nuestro sistema de justicia está podrido.  La riqueza es la que la rige. “Más si el puñal es de oro, enmudece y el juez besa el puñal. Nada humano es perfecto y nada afable, todo está con lo  impuro” establece el poema Verdades Amargas. Los presuntos continuarán su vida delictiva, porque no hay justicia plena. Seguirán rotando en los puestos públicos, tan campantes.   En los congresos dónde  se esconden, bajo el amparo del fuero, criminales y rateros protegidos por sus bancadas. Esas que gastan como si trabajaran y cuestan miles de millones a la población.  Suena a mafia del poder.

*** Tuvieron los a arrestos para delinquir, pero son cobardes para aceptar las culpas. Es indignante ver a los duartistas, repartirse las faltas. El teatro del horror, con los protagonistas principales Gina Domínguez y Alberto Silva es de asco. Ofenden la inteligencia ciudadana, que bien conoce de sus  excesos. Comportamientos indignos. Fortunas inmensas, que hasta a los empresarios locales más exitosos asombra. Serviles que se disputaron  el afecto de su jefe, para su beneficio.

*** La noticia cayó como bomba: habían entrado a la fuerza, a la residencia de Madame Gina y extraído 50 millones de pesos en efectivo (gulp). Se comentó que había sido  Arturo Bermúdez- quien ya también soltó la sopa – pues “se pasó  de lista”.  Quiso comprar una casa, con un costo de 6 millones de pesos, que quería pagar en efectivo. Los dueños se negaron.

*** La orden de aprehensión federal en contra de Gina Domínguez Colio, es cuestión de segundos, minutos, horas no más.

*** Que los gritos se escuchaban, en la antesala de la presidencia del PRI estatal.  Gina golpeaba furiosa  el escritorio de Renato Alarcón exigiéndole, entre otras cosas, respetará su posición en la Fundación Colosio. Con palabras altisonantes y fuera de sí,  se instalaba en el pasado.  Cuando se regodeaba con el poder, altanera y déspota. La otrora  cabeza del grupo político  los Ginos, esta desespera: perdió el poder. Sus demás integrantes también. Vaya paradoja.

*** Mal hace el periodista José Valencia, en afirmar que Miguel Ángel Yunes Linares será candidato presidencial.  Si no puede con el estado, como pudiera con un país.  Tengo una reflexión: la lisonja engrandece al que la recibe y empequeñece al que la da. Más mesura. Los periodistas somos también servidores públicos y debemos cuidar las formas que son fondo. Al final se les hace más daño, pues se la creen. Miren lo que hicieron de Javier Duarte, los encargados de pagar para los elogios  al sátrapa.

*** Y para las agruras del mole…usted sabrá que tomar. Hasta la próxima.

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