Nada nos tiene contentos; ser escépticos nos roba el regocijo de ver a Javier Duarte en la cárcel

Duarte
Javier Duarte de Ochoa aprehendido en Guatemala FOTO:

Las redes sociales es un mosaico donde se pueden apreciar las actitudes de todo tipo de gente. Los hay muy crédulos y los hay muy escépticos; ni los primeros ni los segundos son dignos de tomarse en serio. En el caso de los escépticos, son personas que se afanan por encontrarle la cuadratura a un círculo. Para ellos todo está lleno de sospecha, cada acción tiene un sentido siniestro, cada palabra un significado oculto.

Sobre la detención ya se han manifestado: que si es una “caja china” (ya chole con ese concepto), que si es algo pactado, que si lo van a soltar pasando las elecciones, que si la risa de Duarte habla de un montaje, que si esto, que si lo otro. Como quiera que sea, Javier Duarte ya está detenido, ya lo van a enjuiciar y esperamos que la justicia sea aplicada en su caso con todo rigor.

¿Qué nos toca a nosotros? ¿Quejarnos? ¿Desconfiar de todo mundo? ¿Cruzarnos de brazos? ¿Llorar? Nos toca exigir, no quejarnos, exigir, no desconfiar de todo, exigir, no cruzarnos de brazos, exigir, no llorar, exigir que se haga justicia. El tener esa actitud escéptica nos roba el regocijo de ver a Javier Duarte en la cárcel. Vamos a hacer todo lo posible porque no salga de ahí al menos hasta que el águila de Los Lagos emprenda el vuelo.

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