En 86 años es la primera vez que el PRI, pierde la gubernatura en Veracruz, por eso en estos tiempos al tricolor le cuesta mucho trabajo ser oposición. El amargo sabor de la derrota y frustración aún permanece en el rostro de connotados priistas veracruzanos. Si el PRI, quiere ser protagonista en las próximas elecciones municipales, en primer lugar debe vencer el desánimo y después tratar de acercarse a la gente con un discurso joven y propositivo, debe olvidar el discurso triunfalista y acartonado del pasado.
El pesado lastre que representa Fidel Herrera y Javier Duarte les hizo perder en gran parte la gubernatura y varias diputaciones. En un nuevo escenario se puede percibir que el PRI va con miedo a las municipales. En las colonias de los diferentes distritos no quieran nada que huela a PRI. El despilfarro y corrupción fueran parte importante de los gobiernos priistas.
De Zacatecas, Edomex, y Nayarit, sólo en este último tiene garantías de triunfo. En Veracruz, a pesar de la restructuración distrital, donde de 21 pasan a 20 distritos, este sigue siendo un importante bastión de votos. Las 212 alcaldías de Veracruz se han convertido, al igual que el Estado de México, en un importante termómetro para ver qué partido y candidato tiene mejores ventajas de llagar a ocupar la silla que deja vacante en 2018 uno de los presidentes más impopulares que se haya tenido.
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