El operador político, un fiasco

Franco
Xalapa, Ver. Rogelio Franco Castán FOTO: PATTY BRARADAS/FOTOVER
- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / En el Estado, más que nada por su relevante papel como Secretario General de Gobierno (así se llamaba el cargo entonces) en la administración de Patricio Chirinos Calero (1992-1998) es que Miguel Ángel Yunes Linares se convirtió en una figura política relevante.

Los veracruzanos de aquella época siempre tuvieron la impresión (la percepción, se utiliza más ahora) de que él era quien realmente gobernaba y esa imagen dejó en los sobrevivientes que todavía lo recuerdan; y así pasó a la historia política del Estado con esa fama.

Tal vez, de todos los políticos veracruzanos que han pasado por ese cargo, él fue el quien llevó su relevancia a lo más alto. Era, fue un hombre poderoso hasta decir basta, al grado de que no sólo era respetado sino hasta temido.

Era un Secretario eficiente y eficaz al que no había tarea que le encomendaran o que le correspondiera a su área resolver que no cumpliera, por encima de todo y de todos y al precio que fuera. Su control de la vida pública de Veracruz era total, absoluto.

Tal vez el caso que más lo significa de aquella época fue el encarcelamiento del exgobernador Dante Delgado Rannauro. Nadie culpa o responsabiliza de ello a Chirinos, quien era el gobernador, sino a él. Lo que pasa es que él fue quien ejecutó el operativo pero la orden la había dado el presidente Ernesto Zedillo. Cumplió como el mejor soldado.

Pero si era implacable hacia fuera y con los de fuera, lo mismo lo era hacia adentro. Se imponía o se trataba de imponer a toda costa. Es famosa su pugna interna con el entonces Coordinador General de Comunicación Social, el famoso periodista mexicano (tuxpeño) Miguel López Azuara, a quien incluso llegó a retar a golpes.

Yunes Linares era, pues, fue un Secretario General de Gobierno en toda la línea; el verdadero segundo hombre en importancia en el Gobierno del Estado, el verdadero responsable del manejo de la política interior de Veracruz (como se decía entonces) y el operador político por excelencia como ha habido pocos o quizás no ha habido ninguno más.

Por todas sus cualidades políticas, el gobernador Patricio Chirinos Calero pudo descansar en él. Le dio toda la confianza y todo el poder y el otro estuvo a la altura de la responsabilidad que le confirió. Prácticamente borró a Chirinos del escenario público.

Hago toda esta remembranza para establecer un punto de comparación (no es cierto que las comparaciones sean odiosas; no cuando de establecer parámetros para medir la eficacia en un gobierno se trata) entre el Secretario General de Gobierno que fue Miguel Ángel Yunes Linares y el Secretario de Gobierno que es hoy Rogelio Franco Castán.

¿Dónde está, dónde estuvo su capacidad negociadora política que no fue capaz de sacar adelante la autorización con el voto de la oposición para que el gobernador Yunes pudiera restructurar la deuda pública? ¿Por qué no fue capaz de convencer al priismo para que sumara su voto, cuando en su momento se pudo entender bien, él y su grupo, tanto con el fidelismo como con el duartismo priista?

En pleno escándalo por el resultado y en el más sonado fracaso político de la joven administración a la que sirve permanece agazapado. Ni siquiera ha salido a dar la cara para justificar y defender la iniciativa y la postura del gobernador o para asumir públicamente los costos para quitar críticas y golpes a su jefe político. Se supone que él es el operador político en quien descansa el gobernador. Ya quedó patente que es un fiasco y que no supo estar y no está a la altura de la misión que le confió el titular del Ejecutivo.

Extraña que un político que posee todos los galardones como Miguel Ángel Yunes Linares tenga en el cargo a alguien que le queda muy chiquito para el tamaño del proyecto que planteó a los veracruzanos y para el proyecto político personal que pretende materializar. Claro, a menos que lo haya puesto a propósito para que no brille y no le robe reflectores.

¿Acaso con un operador así pretende ganar la mayoría de las alcaldías veracruzanas? ¿Con él en el cargo piensa avanzar en lo que le resta de gobierno cuando el camino está infestado de enemigos como los que los hicieron morder el polvo en el Congreso local el martes pasado?

Pero Franco Castán no es el único que ha derrapado. Hay otros sobre quienes ya comentaremos más adelante.

Al gobernador Yunes todavía le queda la mayor parte de los dos años de su administración, pero en los tres meses y medio que lleva en el poder seguramente ya se dio cuenta quién le funciona y quién no, o quién podría ser más apto en tal o cuál área. El tiempo de su gestión es muy corto y le corre a toda prisa. Ahora, una vez que cumplió cien días al frente del Gobierno, está justo a tiempo de hacer los ajustes necesarios si quiere tener más notas positivas que negativas y recuperar el terreno que ya ha perdido entre la ciudadanía, entre los electores que empiezan a desencantarse porque esperaban más u otra cosa.

¿Lo hará reaccionar el serio descalabro político que sufrió en el Congreso local?

Pánuco inquieta al CEN del PAN

Parece que el caso Pánuco se le está complicando al PAN estatal, lo que ha orillado al dirigente estatal José de Jesús “Pepe” Mancha Alarcón a declarar que el hecho de que se haya registrado como precandidato el exContralor General del Estado, Ricardo García Guzmán, no quiere decir que será designado como candidato.

Una nota de Norma Trujillo Báez, de La Jornada Veracruz, refiere que Mancha dijo que una fotografía que se tomó el secretario general del CDE panista, Carlos Valenzuela, con Ricardo, es porque busca cercanía con todos los aspirantes.

Mancha Alarcón indicó que serán la Comisión Permanente Estatal y la Comisión Permanente Nacional las que determinen quiénes serán los candidatos en los 142 municipios en los que le toca encabezar las candidaturas, como parte del acuerdo de coalición con el PRD, y que el día 26 a más tardar se conocerán quiénes serán los favorecidos.

Pepe Mancha no habría querido ser explícito pero una versión que corre al interior del partido blanquiazul es que el dirigente nacional Ricardo Anaya Cortés mostró su extrañeza porque se registró a García Guzmán, con lo que no estuvo de acuerdo. Sea candidato o no el panuquense, lo cierto es que está generando ruido tanto adentro como afuera de las filas blanquiazules.

Perredistas de Minatitlán rechazan imposición

Ayer, militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Minatitlán me enviaron el texto de una carta abierta en la que hacen un llamado al gobernador Miguel Ángel Yunes y a las dirigencias estatales del PAN y del PRD para evitar que el líder cetemista local, expriista convertido a perredista bajo el cobijo del secretario de gobierno, Rogelio Franco Castán, Nicolás Ruiz Rosete, sea postulado por la alianza denominada “El cambio sigue”.

Para Ruiz Rosete, a quien documentan (con número de folio y expedientes) una serie de tropelías que van desde corrupción, amenazas, violencia y despojo contra ciudadanos, militantes perredistas y transportistas de la CROC y de la FATEV, detención por portación ilegal de armas de fuego e invasión de terrenos hasta violencia intrafamiliar, piden le apliquen la ley tal y como lo ofreció en campaña el hoy gobernador –así lo recuerdan en la carta– de que no habría perdón ni olvido para quien hubiera delinquido, a fin de que no sea postulado y que el Secretario Franco no promueva a este tipo de personas por meros intereses económicos. Servidos.

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