Luis Ramírez Baqueiro /
“Los hechos no dejan de existir porque se les ignore.” – Aldous Huxley.
En 1968 se rodó una película considerada ya por los amantes del séptimo arte como película de culto, sobre todos para los amantes del humor, The party o La fiesta inolvidable es una película dirigida y producida por Blake Edwards y protagonizada por el actor británico Peter Sellers.
La trama retrata las vicisitudes del actor hindú Hrundi V. Bakshi –protagonizado por Sellers- quien consigue trabajo como extra en varias películas hollywoodienses; pero un día su suerte cambia y es escogido como protagonista de la nueva versión de una antigua película, con tal mala suerte que en el descanso destroza sin querer el decorado y es despedido, siendo proscripto por el productor para trabajar nuevamente en o para Hollywood.
La suerte de Hrundi V. Bakshi complica toda la trama cuando, por error, recibe una invitación a una fiesta que organiza el mismo productor de la película –que le había despedido- para celebrar el cumpleaños de su esposa, con tan mala suerte para este, que el actor personificado por Sellers acepta ir.
Una vez dentro se verá envuelto en diversos sucesos que involucran una invasión de espuma, un elefante bebé, un camarero borracho, un pollo volador, un grupo de músicos rusos, un loro y un sinfín de situaciones disparatadas, generando la risa de quienes pueden presenciar la película.
De esa manera descriptiva he querido comenzar esta entrega para comparar el espectáculo que vive y enfrenta Veracruz, tras el batazo nuevamente a la solicitud de reestructuración de la deuda por parte del Ejecutivo y que taimadamente los legisladores de oposición simplemente no le aprueban, como una medida incomprendida de presión política.
Y le digo que incomprendida, porque resulta absurdo que los hoy legisladores de oposición, quienes hace apenas menos de 105 días respaldaron cuanto absurdo remitía el Ejecutivo, por ser mayoría, ahora en el inverosímil de los casos, demuestran esa extraña mutación kafkiana que los convierte en verdaderas alimañas de la política.
Mientras Veracruz se enfrenta a la peor crisis financiera de su historia, los legisladores actúan como verdaderos defensores de la patria, afirmando que no entregaran cheque en blanco al dignatario, mientras tanto este no les explique a puntualidad en que se va a gastar cada centavo, ante el temor de que este recurso sea empleado en la próxima campaña electoral, provocando evidentemente una desventaja frente al grupo mayoritario.
Si bien, sus excusas, cuentan con un alto grado de razón, también es momento de poner las cosas en claro, sobre todo, ante el constante uso perverso de la posición política que en muchos casos falsamente representan, pues eso de cuidar los intereses de los veracruzanos, ¿de cuándo acá lo realizaron?, pues ahora resulta que son más papistas que el mismo Papa, por favor, pa tarugos los de casa, porque a uno simplemente no.
Y es que si habremos de participar de esta fiesta inolvidable, también sería momento de poner un manotazo y acusar orden, disciplina y más trabajo, dejen la política para otro momento, señores funcionarios y legisladores, es evidente que la falta de información que acusa la oposición es real, al menos, los veracruzanos, no hemos visto a la secretaria de Finanzas y Planeación, Clementina Guerrero detallando, ¿en qué?, ¿para qué?, ¿Cómo?, ¿Cuánto?, ¿Cuándo’, y todos los pormenores que representará esa reestructura, lo que provoca ese inmenso vacío de certeza y seguridad que demanda Veracruz.
Los casi ocho millones de veracruzanos, observan expectantes el desempeño de los legisladores -que en cinco meses de trabajo legislativo y mes y medio de buscar sacar la reestructura-, el inútil trabajo de los responsables de las finanzas estatales, que no advierten, como harán para bajar el monto del déficit que actualmente enfrentan, pues solo hablan de reestructurar, pero eso tan solo cambiará o mejorará un escaso 3% del pasivo estatal, ese que expertos calculan que anda en los 19 mil millones de pesos.
Señoras (es) diputados, señores (as) funcionarios, de ser ciertas las aseveraciones del Gobierno Estatal, respecto a la crisis que se avecina tiñen el horizonte de nubarrones negros, la entidad enfrenta la posibilidad de una parálisis total, de no resolver el asunto, no sin antes aclarar todas y cada una de las dudas de los legisladores, para así dar el paso debido.
De igual modo, el gobierno Estatal deberá hacer una revisión a fondo para que a la brevedad se informe cuanto personal se ha despedido, cuanto más se ha logrado generar de ahorro en los rubros de capítulo 1000, que se explique en que va el recurso invertido, pero sobre todo, explique si el equilibrio de sus finanzas están ya en el nivel óptimo o cuando menos en el esperado, en un punto donde no se afecte.
Llegado el momento sería conveniente pedirle al gobernador un corte de caja respecto a cada uno de sus funcionarios, pues pareciera que son felices declarando en redes sociales y no en medios serios y de corte estatal, pues para todo lo que huele al altiplano corren como locas, despavoridas de que no sea Loret el que les atice otro madrazo, o ese señor de nombre Ciro y de apellido Gómez Leyva.
Si la secretaria de Finanzas y Planeación, Clementina Guerrero, el Fiscal Jorge Winckler, el Secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marie en su rubro se deben de ir, pues que se vayan, si en el Congreso se requiere cambiar de líderes parlamentarios es momento de que las fuerzas políticas se fajen los pantalones, y dejen de empantanar más el estado, al que pretenden llevar a la banca rota.
Dejen ya de lado sus campañas políticas, Veracruz demanda acción, soluciones y respuestas inmediatas, la puerta para un estallamiento social se comienza avizorar, producto de la inmadurez legislativa de la mayoría, porque en muchos de los casos no es lo mismo ser borracho, que cantinero, y su proceder es la mera expresión del oportunismo político, que pretende llevar a la entidad en el rumbo de lo que se conoce ya como “La Fiesta Inolvidable”.
Al tiempo.
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