En la vida no todo es negro ni todo es blanco, en algunos aspectos muchos adoptan posturas antípodas y no dejan ningún resquicio para el diálogo y la propuesta. Sobre todo, lo hacen sujetos que no conocen ni se informan, mucho menos leen sobre el fenómeno problema. Antes de la Reforma Educativa, muchos maestros tenían que unirse alguna facción política, aceptar su ideología y pirámide de relaciones de poder conectadas al sistema político para tener acceso a la profesión de la enseñanza por medio de las instituciones que ofrecían más posibilidades de tener un trabajo permanente.
En Veracruz, la gran mayoría de egresados de las Escuelas Normales, antes, con el sólo hecho de tener a un padre maestro, éste podía entrar a trabajar al magisterio. Si éste tenía algún cargo en el sindicato, le otorgaban los mejores lugares; a los seis meses, este imberbe y novel maestro era nombrado subdirector, pasando otros seis meses el docente era nombrado director escolar, no por sus propios méritos, sino por obra y gracia del compadrazgo de su familiar.
Es cierto que la parte punitiva de la Reforma Educativa levantó mucha ámpula y los promotores de la misma; cometieron el error de no tomar en cuenta el parecer de los docentes de a piso, no obstante, en parte vino a terminar con prácticas monolíticas muy propias de los cacicazgos sindicales.
Falta mucho por hacer en Veracruz en el ámbito educativo, pero al menos ya se dio el primer paso. La ley de Servicio Profesional Docente debe ser aplicada de manera pareja y los árbitros en los estados deben acatar y aplicar esta ley al pie de la letra.
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