Desconcierta el optimismo de la cúpula del poder tricolor en la a celebración de los 88 años del PRI. El cumpleaños del tricolor se da entre los escombros del peñismo y con descredito monumental de corrupción gracias a los exgobernadores —incluido el exregordete Duarte de Ochoa— y las propias mañas del primer priista del país y su frívola familia postiza.
Según el Ejecutivo federal, los otros partidos subestiman al PRI, y están seguros de que el Revolucionario Institucional seguirá en el poder. Sin embargo, con la llegada de la sobrina favorita de Carlos Salinas de Gortari, Claudia Ruiz Massieu, a la secretaría del partido, se hace sentir la sombra del cacique imperial.
El poderoso tío manda el mensaje; los que saben leer entre líneas el discurso, no tienen la menor duda de que el que manda en el PRI es precisamente el expresidente Salinas. La mano que mece la cuna, el poder tras el trono, el gran titiritero mueve los hilos del poder.
El grupo Atlacomulco está más vivo que nunca, a diferencia del membrete tricolor que más desgastado no puede estar. Por eso el optimismo de un presidente timorato y cobarde, sólo es visto como una manifestación de ingenuidad.
Nadie en su sano juicio votaría por partido donde su presidente ha mentido vez tras vez. Y la prueba será precisamente la elección del Estado de México, cuna y nacimiento de los más grandes delitos electorales por parte del PRI.
Tenga la certeza que la desesperación en el búnker tricolor los orillará a hacer uso de todas sus artimañas, todo para conservar el poder. Saben que si pierden el Estado de México, será otro clavo al ataúd tricolor.
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