Fidel Herrera, el impoluto

Fidel
El exgobernador Fidel Herrera Beltrán Foto: Isza Merino/FOTOVER
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Armando Ortiz / El que iba a limpiar su honra, el que se iba a defender por si solo sin necesidad de abogados, el incólume, el mesías de Nopaltepec, el que no tenía miedo de tocar tierras veracruzanas, Fidel Herrera, el impoluto, se borró de la faz de la tierra.

Trató de tocar tierras veracruzanas y por eso buscó un amparo primero en el Estado de México, pero el juez se declaró incompetente, por lo que tuvo que buscar el amparo en el estado de Veracruz. Esta fue la respuesta del juzgado donde lo solicitara: “Se niega la suspensión definitiva a Fidel Herrera Beltrán, contra los actos reclamados a las autoridades indicadas en el considerando tercera de esta resolución, por los motivos ahí precisados”.

Fidel Herrera tiene una denuncia promovida por el secretario de Salud, el Dr. Irán Suárez, quien lo señala por su presunta responsabilidad en la compra de medicamentos clonados. ¡Vaya!, mire usted por dónde se vino a romper el hilo. Muchos veracruzanos esperábamos que Fidel Herrera fuera juzgado por sus vínculos con el crimen organizado, por el saqueo a muchas de las dependencias a su cargo, por enriquecimiento ilícito, por abuso de autoridad, por tráfico de influencias, o por cualquier otro delito que tuviera que ver con las condiciones desastrosas en que dejó el estado de Veracruz. Bueno, los veracruzanos podríamos denunciarlo hasta por dejarnos al engendro de Javier Duarte como gobernador, quien vino a completar su nefasta obra.

Claro, mientras se le juzga por la denuncia hecha por el secretario de Salud de Veracruz se pueden ir sumando más averiguaciones, más denuncias. Hay pruebas fehacientes en contra de Fidel Herrera, pruebas que lo pueden incriminar todavía más.

Maestro de la mentira, Fidel Herrera cada que tenga oportunidad pregonará su “limpieza de sangre”, pregonará su buen gobierno, el inmarcesible legado del que ahora estamos gozando.

En 2010, a unos días de que Fidel dejara el poder, un servidor escribió una carta pública titulada “Carta abierta al Dr. Fidel Herrera Beltrán”. En ese documento que se replicó en varios portales decía:Pero su gobierno, Dr. Herrera Beltrán, también tuvo logros, debo admitirlo. Es loable que en este sexenio, con la carga de trabajo que tuvo por ser gobernador, haya terminado una maestría y un doctorado por la Universidad Veracruzana. De un sólo plumazo logró usted poner a nuestra UV en la lista de las universidades patito, todo por esa obcecación suya de tener los más altos grados académicos. Entre otros logros usted consiguió lo que la lengua tarda décadas y a veces siglos, a saber, cambiar el sentido semántico de una palabra. Hoy día en Veracruz “fidelidad” ha dejado de ser una palabra virtuosa, pues usted ha logrado que la palabra “fidelidad” tenga más que ver con la complicidad, con la confabulación, con la corrupción; hoy día ya nadie quiere ser llamado “fiel”. Pero la deuda mayor es con los pobres. Nunca nos brindó bienestar, antes bien nos queda un malestar incómodo por haber confiado en usted. Hizo más ricos a los ricos y más pobres a los pobres; hizo cínicos a los ladrones y envileció el servicio público”.

Al final de esa carta, ante la posibilidad de que Fidel Herrera pudiera reflexionar sobre su crimen anoté: “Sólo una cosa más señor Doctor, cierta noche, cuando esté solo en su habitación acérquese a un espejo, mírese fijamente a los ojos y pregúntese si está orgulloso del sujeto que ve; a lo mejor estará satisfecho, como el ave de rapiña después del banquete, pero orgulloso, le juro por esta Patria que todavía no logro entender, orgulloso nunca lo va a estar. Sólo espero que un sujeto como usted nunca nos vuelva a ocurrir en Veracruz”.

Pero nos sucedió. Difícil de creerlo, pero Javier Duarte resultó peor alimaña que Fidel Herrera.

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