Seguridad ya, ya, ya…

Seguridad
Nogales, Ver. Inseguridad en Veracruz FOTO: AGENCIA FOTOVER
- en Opinión

Rafael Pérez Cárdenas / En los últimos días, en las últimas horas, en varias regiones del estado, -incluido el centro de la capirucha-, se ha visto un incremento preocupante de los índices de inseguridad. Hechos violentos que empiezan no sólo a lastimar a la población sino también a generar una situación de zozobra como la que cundió hace algunos años, cuando los grupos delincuenciales habían sentado sus reales en Veracruz.

Una vez más, la respuesta de las autoridades ha sido la misma. “Así nos lo dejaron”. Es una pena que incluso las mentes más preparadas del gobierno volteen hacia atrás esperando encontrar al culpable y no hacia adelante para buscar la solución. Los veracruzanos quieren seguridad sin excusas… y lo quieren ya, ya, ya.

El asalto a tres gasolineras de la ciudad de Xalapa, en el centro de la ciudad a plena luz del día, o los múltiples robos con violencia a tiendas de conveniencia a manos de individuos en motocicleta, no pueden achacarse a un gobierno que se fue hace dos meses. Es una realidad que las principales ciudades del estado están vulnerables no sólo ante la delincuencia organizada sino también ante la delincuencia común.

Si como se dice de estos casos, se trata de un par de indocumentados o de ratero de poca monta ¿cómo es posible que todo el sistema de policía estatal sea incapaz de prevenir los atracos? Esa incapacidad es real, es ahora, y nada tiene que ver con los problemas que heredó la administración anterior.

A excepción de los partidos políticos, nadie quiere hacer leña del árbol caído. Pero también, los ciudadanos no quieren más distractores y cajas chinas para disimular la catástrofe que estamos empezando a vivir. En varias colonias y fraccionamientos de Xalapa, de todos los niveles socioeconómicos, se multiplican los robos a casas habitación. Lo mismo pasa con transeúntes y comercios del centro.

Ayer mismo, nos enterábamos también del hallazgo de ocho cuerpos en la ciudad de Nogales y no hubo información oficial al respecto, salvo la acusación sin pruebas que lo sustenten –una vez más-, que la policía municipal tiene vínculos con la delincuencia. Si esto es así, ¿por qué la Secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía no hacen su chamba?

Mientras, ayer mismo el mandatario estatal paseaba por los portales del puerto jarocho, acompañado del Secretario de Turismo, tratando de mostrar que en Veracruz todo es reír y cantar, como si la vida cotidiana fuera esa fiesta efímera de frente al palacio municipal.

La gente está indignada y ofendida por la corrupción, la impunidad y el cinismo de la plaga duartista que azotó el estado. Eso lo sabe el gobernador y lo aprovecha muy bien. Sin embargo, es hora de que se entere que los veracruzanos están preocupados por la inseguridad, que temen ser víctimas de la delincuencia, y que en ello no aplican las justificaciones vanas sobre lo que dejó de hacer el gobierno anterior.

Desde el primero de diciembre pasado, la atención, prevención y castigo –según sea el caso- de cada secuestro, homicidio, de cada robo, y de los más diversos delitos, es responsabilidad del gobierno del estado. Si la policía no puede prevenir y la Fiscalía no puede castigar, con todos los instrumentos que tiene a la mano, no hay más responsable que el gobierno. Si lo sabe y no actúa, su omisión pone en serio riesgo la tranquilidad y gobernabilidad del estado.

La seguridad pública preocupa a los ciudadanos tanto como la situación económica del estado. Es evidente que el Gobernador ya no tiene tanta prisa como cuando andaba en campaña.

Las del estribo…

  1. A la luz de los resultados, este gobierno sí ha resultado el gobierno del cambio: pura morralla…
  2. La caja china. Si lo que dice Cofepris no es cierto, entonces ¿por qué no se presentan las pruebas de lo dicho y punto? ¿Será que como dicen, tales pruebas no existen? Ya no está en campaña. La mentira hace tanto daño como la corrupción, porque una se alimenta de la otra.
  3. Una simple ojeada entre la centenaria Constitución federal y la recién nacida Constitución de la ciudad de México, apenas da una idea de cómo cambió nuestro país en un siglo.
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