Yo hubiera preferido un duartazo en vez de un gasolinazo

Nación
Enrique Peña Nieto FOTO: VIVE HOY
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Pobre Peña Nieto, apostó por Trump y aun ganando perdió la apuesta. Una salida a sus problemas era la detención de Duarte unos días antes del anuncio del gasolinazo o ya cínicamente uno o dos días después. Creo que, un anuncio de ese tamaño lo hubiera reconciliado, en parte, con muchos mexicanos.

No es posible que nos recete una serie de medidas de esa naturaleza, argumentando, en cadena nacional, que éstas son por el bien de nuestro país; mientras que los mexicanos somos testigos de la corrupción más descarnada en años, ya que los recursos desviados, en unos cuantos años, superan los 240 mil millones de pesos, según las denuncias interpuestas por la Auditoría Superior de la Federación.

En Veracruz nos encontramos en una situación terrible, todo parece indicar que el gobierno dedicará los dos años en administrar la quiebra técnica en la que nos dejó la fidelidad-próspera.

Al día de hoy solo tenemos vaga información de que Duarte puede encontrarse en Centroamérica, con millones de dólares en efectivo que hacen “imposible” su plena localización; cuando entrecomillo imposible es porque cada día que pasa el argumento de un escape negociado con el gobierno federal se robustece. No es creíble que una persona simplemente desaparezca sin dejar el menor rastro, alguien que aún conserva nexos con su familia, con sus amigos y con sus socios. Es innegable que debe mantener una comunicación mínima, por lo menos, con sus hijos, por no decir con sus socios y sus cómplices, en estos momentos donde es importante mantenerse unidos e informados.

Cuando aparecieron los pasaportes falsos juré que era inminente su captura, era obvio que se encontraba en Guatemala o Belice y le era necesario trasladarse a México de incógnito para atender su defensa legal y extralegal. Lo que está en juego es mucho más que su libertad, es un proyecto político de conservación de grupo.

Han pasado los días y lo único que me alegra es que no aposté que su captura sería pronta, de otra manera hubiera perdido mi dinero, como se perdieron miles de millones de pesos en la licuadora de Sefiplan.

No tengo claro cuál es la sensación social en otros estados de la república, pero en Veracruz puedo asegurar que es de desamparo, nunca como ahora los veracruzanos nos sentimos traicionados por Peña Nieto al dejar que sea el tiempo el que cubra con el olvido el desfalco terrible a nuestro estado.

Ahora después de más de un mes, vemos a nuestros queridos fieles-prósperos cada día más tranquilos, esperando que sea el tiempo el que cumpla, después de todo no hay tormenta que no tenga fin y solo se trata de no hacer agua y procurar mantenerse agrupados. Esa será la estrategia, mantenerse unidos y, en unos meses ya con un poco más de fuerza, armar el terrible contraataque con el que recuperen “su plaza”.

Siempre lo imaginé, pero debo aclarar que no tenía idea de la magnitud de las complicidades que unen a la fidelidad-próspera con Peña Nieto, ahora tengo claro que, en caso de detener a Duarte, uno de los principales damnificados sería el propio gobierno federal. Es más barata su huida, a pesar del inmenso costo que le ha representado a la presidencia de la república, que su misma captura; ésta puede ser el principio del final.

Ahora tenemos el dólar a más de 20 pesos; gasolinazos inclementes cada 30 días; un presidente que no atina más que al error y al horror; y una docena de exgobernadores impunes por un sistema de complicidades gangrenados y putrefactos, que parecen llevar a nuestro país a otra terrible crisis que creíamos superadas desde la de 1995.

Todo encamina a López Obrador a ganar la presidencia el año próximo, serán AMLO y Trump presidentes de una derecha cubierta con el grueso manto del nacionalismo barato y rebasado. Lo único que nos puede consolar es que seguramente ellos se entenderán perfectamente, son iguales y lo mismo. No es exagerado pensar que es el escenario más conveniente para nuestros vecinos del norte.

En alguna ocasión un amigo comentaba que López Obrador siempre ha trabajado para la CIA, a mi me pareció un argumento un tanto exagerado, hoy después de unos años no me parece tanto; AMLO desarticuló completamente a la izquierda mexicana y en el proceso conformó un partido que se dice de progresista, pero en la práctica es conservador a ultranza y ha contenido cualquier avance de la verdadera izquierda en nuestro país.

Estados Unidos lidió con el PRI durante setenta años y obtuvo sin mayores problemas todo lo que deseó, es el país vecino el que ya está harto de un México en el que el presidente no tiene el control de nada. Su apuesta es regresar a nuestro país a los 70’s, donde los acuerdos eran cupulares. De alguna manera la operación Venezuela dio enormes resultados, o ¿acaso Venezuela dejó de vender petróleo a los yanquis?

Es el nuevo orden mundial donde los aliados montan el espectáculo del insulto y la agresión para esconder los acuerdos inconfesables y, los enemigos jurados procuran el lenguaje de la diplomacia para ocultar el ataque manifiesto.

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