El que no se empachó de dar elogios al presidente Peña Nieto fue el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, quien participó en la reunión del Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, a quien le tocara dirigirse al público después de que José Antonio Meade, más sensato, se limitó de demarcar las estrategias de su dependencia para apoyar la economía familiar.
Navarrete Prida se desbordó en elogios para el presidente Peña. Prida criticó a aquellos que quieres vivir en la ficción de los subsidios, pero elogió al líder, al estadista que toma decisiones que no son populares, pero que sí son responsables. En realidad Navarrete Prida no aportó nada, pues se limitó a explicar lo que el presidente ya ha explicado hasta el hartazgo: «Que la culpa la tienen los precios del petróleo en el extranjero, precios que se cotizan en dólares».
Pero eso sí, como aspira a ser el candidato priista al gobierno del Estado de México, lo mejor que pudo hacer fue tirarse a los pies de su estadista y besar el suelo que éste pisa.
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