Desde el mismísimo exgobernador en fuga, como los diputados federales que se hincharon de billetes, sin dejar fuera a Deantes, Domínguez Colío, Mota y muchos, muchos más, el estado de Veracruz se ha llenado de denuncias, pero lo más aberrante es la presencia de un sujeto vividor y que sin empacho hace propuestas e intenta legislar en el actual Congreso del estado. Desde luego que nos referimos a Vicente Benítez.
Absolutamente ningún pez gordo ha caído en Pacho, sus celdas se han quedado esperando. No vaya a ser que los veracruzanos pierdan la fe, porque empiezan a creer que no lograrán agarrar a la pandilla de rateros que se robó el dinero del erario público. Al parecer muchos de ellos han recurrido a los amparos al por mayor y otros han negociado con los poderes actuales. En realidad, eso es lo que más preocupa, porque no se trata de negociar lo que van a regresar, sino de que paguen con cárcel por sus fechorías y abuso de confianza.
El contubernio con altas autoridades federales comienza a cobra fuerza en Veracruz. Se deja ver que el Gobierno Federal tratará de administrar la aplicación de la justicia de acuerdo al calendario electoral. Resulta increíble que a estas alturas no sepan la ubicación del regordete exgobernador. Si así es, es probable que le resulte contraproducente al Gobierno Federal y de refilón le pegue un duro golpe al PRI.
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