Pacto por Veracruz

Pobreza
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- en Opinión

Sabino Cruz V. / El nivel de reclamo de parte de miles de veracruzanos por el incumplimiento de pagos de la administración que está por terminar, y la incertidumbre de no saber si seguirán trabajando en las dependencias de gobierno, sumado a la falta de inteligencia/sensibilidad política para dar una solución, tiene a la Entidad al borde de una rebelión civil de dimensiones nunca antes vista, en la historia del país; rebelión que puede ir desde el sabotaje de áreas estratégicas: como el suministro de agua, energía eléctrica, almacenamiento de vivieres; morosidad de pago, vandalismo, etcétera, con consecuencias catastróficas para la gobernanza.

Al levantamiento de los profesores de las escuelas estatales –en servicio/jubilados-, taxistas, empleados del sector salud, estudiantes normalistas, policías, elementos de tránsito y vialidad, trabajadores del hospital civil “Luis F. Nachón”, médicos y enfermeras del Centro de Alta Especialidad (antes CEM), alcaldes, organizaciones civiles y ayudantía de Casa Veracruz, se suman los hombres del dinero que por décadas, fueron los consentidos del gobernante en turno: empresarios del ramo de la construcción, de la transformación, de servicios.

Varones/hembras empoderados que formaban parte de las negociaciones para “proponer” candidatos a un puesto de elección popular; que invertían millones de pesos en campañas electorales al “candidato ganador”, con la certeza de que la inversión se retribuiría con adjudicaciones directas o secretarias y/o direcciones generales.

El bloqueo que desde la solicitud de licencia del gobernador, hoy vulgarmente llamado “prófugo de la justicia” y por quien se ofrece una recompensa de 15 millones de pesos a quien dé información fidedigna que lleve a su captura, cada día va adquiriendo matices peligrosos, que de no ser contenidos, por la vía de la solución a sus demandas, es paja seca para que intereses extraterritoriales sienten reales.

La falta de oficio en la gestión pública de los hombres/mujeres del Sistema Político Veracruzano, funcionarios de primer nivel, secretarios de despacho, presidentes de partidos políticos, diputados local/federal, senadores, asesores; personeros que por décadas se ostentaban como los paladines de la política y buen gobierno, hoy queda más que evidente, al ser incapaces, ya no pidamos de proponer una solución al conflicto, sino de encabezar la cruza por el rescate financiero/moral del Estado.

Ningún priistas, perredistas, panistas, morenistas, alternativos, verdes e independientes, en funciones o ex funcionarios, en su sano juicio, se le ha ocurrido, convocar a los representantes del sector agropecuario, industrial, agropecuario, turístico; a los de la cámara de la transformación, construcción, comercial, autotransporte de carga, pasaje y turismo, de restaurantes y alimentos condimentados, de masa y tortillas, escuelas y universidades particulares, académicos, intelectuales, artistas y creadores; fuerzas armadas y del orden público e instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales y sociedad civil, para firmar el Pacto por Veracruz.

Pacto en el que, en primer lugar, se asuma la responsabilidad que a cada uno le corresponda: unos por enriquecerse en la función pública, y otros por no denunciar las raterías que se estaban cometiendo; se busquen alternativas para cubrir los salarios a los grupos más vulnerables: pensionados y jubilados, profesores, prestadores de servicios de salud, seguridad y vialidad; se abone a la deuda del Estado con particulares; pero también que establezcan los principios para el combate de la corrupción en cualquiera de sus modalidades.

El Pacto por Veracruz, no es la solución al grave problema que heredamos de las pasadas administraciones y de ésta que pronto habrá de concluir; pero si será la señal de la voluntad que se tiene para solucionar la situación en la que nos encontramos. La salida de este galimatías no llegará con la alternancia en el poder; ni será el Mesías quien nos ayude recuperar la grandeza del Estado, sino la suma de voluntades, amor por la tierra y el deseo de construir un mejor futuro para nuestros descendientes.

Llamar a la cordura cuando la razón no tiene cabida, siempre será la mejor alternativa para encontrar solución a la diferencias. Las voces que reclaman justicia, deberían estar encabezadas por los políticos de todos los partidos; pero principalmente por el presidente/expresidente del PRI, los diputados/exdiputados federales, los senadores/exsenadores, los subdelegados de dependencias federales, alcaldes/exalcaldes y becarios del Sistema. En lugar de andar buscando recobrar el poder, bien visto sería que todos reunidos en la Plaza Lerdo se manifestaran en franca solidaridad contra el flagelo de la inopia.

Comentario Breve

Próximo a renovarse la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Estatal de Atención y Protección de los Periodistas, algunos de los comisionados dan muestra de interés para ocupar el cargo. Aspiración que sustentan, quizás, en el buen desempeño que realizaron, la real y efectiva protección a los compañeros periodistas, que en el ejercicio de su profesión, arriesgan la vida, sino es que ya la perdieron; así como la confrontación abierta contra el ejecutivo Javier Duarte de Ochoa, por no resolver los asesinatos de los 19 periodistas, pero principalmente por nunca dar cuenta de la corrupción que se estaba operando desde las más altas esferas del poder estatal.

La comisión de Atención y Protección de los Periodistas, desde su creación nació viciada, y sin un auténtico interés por revalorar la labor de socialización de noticias de interés local/estatal; sirviendo además de trampolín para la actual presidente de la Comisión Estatal de Derecho Humanos, Namiko Matzumoto Benítez, quien incluso fue cuestionada por los propios comisionados. La renovación de sus cuadros directivos no garantiza en nada que se trabaje por la salvaguarda de la integridad física y laboral de los periodistas.

La abierta campaña que está haciendo a través de las redes sociales el comisionado chiapaneco Jorge Morales Vázquez, evidencia más un interés personal, que el deseo de trabajar por la causa que dio origen a la creación de ese organismo. El altruismo que desarrolló durante su comisión, hoy busca cobrar factura con el nombramiento al cargo.

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