El “acompañamiento” de este martes

Urbanidad
Miguel Ángel Yunes Linares y Flavino Ríos Alvarado FOTO: PRENSA GOBERNADOR YUNES Y PATTY BARRADAS/FOTOVER
- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / Será al medio día de este martes cuando se reúnan en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la Ciudad de México, los gobernadores de Veracruz, el interino y el electo, Flavino Ríos Alvarado y Miguel Ángel Yunes Linares.

El encuentro será como consecuencia de la instrucción que giró el viernes pasado el presidente Enrique Peña Nieto ante la petición de ayuda que nuevamente le solicitaron ambos mandatarios para enfrentar la grave crisis por falta de recursos económicos.

Ambos, Flavino y Miguel Ángel, coincidieron el pasado fin de semana en Huatulco en una reunión de la Conago y como dice el dicho estuvieron juntos pero no revueltos y con ambos habló Peña, quien les pidió trabajar juntos ordenando un “acompañamiento” de su gobierno para que no colapse Veracruz más de lo que ya está.

Lo cierto es que hasta donde se sabe, ni uno ni otro saben exactamente a que se refirió con eso de un “acompañamiento”, lo que les quedará claro luego de la reunión de hoy, que ojalá y sean buenas noticias y no más de lo mismo, porque José Antonio Meade ya fue muy claro: no habrá rescate, esto es, recursos extraordinarios para el Estado.

Esperemos noticias, pues, buenas noticias.

El amigo de sus amigos

Irreprochable, sin duda alguna, que el vocero de la Diócesis de Veracruz, Víctor Díaz Mendoza, haya salido en defensa del señor Anselmo Estandía Colom, acusado y detenido por delincuente electoral, por hechos cometidos en 2013 luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el caso después de que un juez dijo que no había hallado elementos para actuar.

Su argumento fue que con los amigos hay que estar en las buenas y en las malas, lo cual es correcto, pero no hubo una sola palabra de reconvención a su amigo por lo que hizo, que no fue otra cosa que prestarse como autoridad municipal que era entonces para utilizar programas sociales a efecto de condicionar votos a favor del PRI y sus candidatos, que el tiempo ha demostrado que resultaron ser unos verdaderos pillos y que le causaron un quebranto económico, una grave crisis económica al gobierno del Estado, que repercute en todas las áreas de la vida pública de Veracruz y que daña a miles, acaso millones de veracruzanos, muchos feligreses de la Diócesis del presbítero, para quienes, en cambio, Díaz Mendoza no tiene al menos unas palabras de consuelo.

Por actitudes como la suya es que se critica luego la doble moral de la Iglesia.

Dio la Fepade duro golpe al PRI

Cuando prácticamente no había oposición, aunque la había, al menos de nombre, el PRI imponía candidatos a todos los cargos de elección popular.

Entonces se acuñaron dos frases que hicieron época y que fueron subtítulo de la columna “Frentes Políticos” del diario Excelsior: “Carro completo” y “De todas todas”.

Aludía a que el tricolor ganaba no sólo la Presidencia, sino también las senadurías, las diputaciones federales y locales y las presidencias municipales. Se llavaba el carro completo, ganaba de todas todas.

Era la época de oro del PRI en el siglo pasado. Era la época de oro del diario Excelsior dirigido entonces por Julio Scherer García. La columna la firmaban Ángel Trinidad Ferreira, de madre alvaradeña, y Francisco Cárdenas Cruz, oriundo de Coatzacoalcos, a quienes don Jesús Reyes Heroles, tuxpeño (todos veracruzanos, pues), llegó a calificar de verdaderos politólogos.

Fue don Jesús quien sacó a  la oposición del monte cuando ante el surgimiento de brotes guerrilleros en el país decidió oxigenar la vida política con una reforma que llevó a la voz disidente a la Cámara de Diputados –y luego al Senado– a través de la figura “plurinominal” que daba posiciones a la oposición aunque perdiera, de acuerdo al porcentaje de votos que obtuviera en las elecciones.

Pero el PRI seguía ganando en las urnas gracias a que tenía todo el apoyo del sistema, que controlaba todos los órganos y tribunales electorales, además de que no tenía límites en recursos económicos y en especie para su propaganda y publicidad electoral y para controlar a todos los medios, entonces electrónicos e impresos en su mayoría.

Hasta que rumbo al final del siglo pasado comenzó el agotamiento y la oposición, en especial el PAN, empezó a ganar elecciones y posiciones en las urnas, y entonces la frase “De todas todas” mutó en “De todas casi todas”. En 1989 el PRI perdió por primera vez una gubernatura, la de Baja California; en 1997, la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados; y en 2000, en la de Senadores, así como la Presidencia.

Fue entonces cuando el priismo empezó a acusar a la oposición de fraude electoral siendo que los tricolores eran quienes lo habían patentado, y cuando vieron que no les funcionaba empezaron con sus programas asistenciales, creados en realidad para disfrazar el apoyo con recursos federales para manipular o comprar la voluntad ciudadana de los más necesitados, que suman millones, para exigirles que a cambio votaran por los candidatos del PRI.

Los candidatos priistas, pues, nunca han ganado una elección en una contienda limpia, democrática, por la verdadera voluntad ciudadana. Lo han hecho abusando del poder y de sus recursos, mediante la coacción primero, luego con manipuleo de los programas oficiales, controlando los órganos electorales, haciendo trampas solapadas por las autoridades, hasta llegar a la compra de votos. Pero no saben ganar una elección en forma limpia, democrática, porque se formaron en un sistema que hizo de la simulación su forma de hacer política.

No obstante los recursos que todavía utilizan, porque los llevan adheridos a su piel y en su cerebro, cada vez les es más difícil engañar a los ciudadanos, que a pesar de todas sus ofertas cada vez los rechazan más hasta llegar al grado de que por primera vez en 86 años hicieron a que perdieran la gubernatura de Veracruz.

En nueve días más, con el cambio de poderes, por primera vez serán oposición en forma oficial. Y como oposición irán a la contienda para renovar las presidenciales municipales en 2017, y luego las diputaciones locales y federales y las senadurías y la Presidencia en 2018.

Pero escucho con respeto a viejos conocidos e influyentes priistas y los advierto optimistas de que en dos años van a recuperar la gubernatura. Como periodista analista político que me considero, eso y nada más, no lo veo imposible, pero sí muy complicado, bastante complicado, lo que además dependerá no sólo de lo que hagan los tricolores sino también el nuevo gobernador.

A la carga negativa que siguen llevando encima de Javier Duarte de Ochoa no obstante que ya lo expulsaron de sus filas, el sábado pasado la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) de la PGR le dañó seriamente la línea de flotación al PRI en Veracruz al ser detenidos tres de ocho delincuentes electorales a los que grabaron infraganti cuando se disponían a manipular programas sociales para favorecer a candidatos de su partido en la elección de 2013.

Sin importar nombres de famosos ni cargos que ostentaron, la PGR actuó y de aquí en adelante va a ser difícil que los “operadores” (viles mapaches) priistas se atrevan a intentar actuar de nuevo como en 2013, pues sabrán que los ciudadanos los van a estar cazando con las cámaras y micrófonos de sus teléfonos celulares para denunciarlos, pues ya comprobaron que sí actúa la autoridad.

De modo que ahora ya estarán en la oposición, divididos como están ahora, sin los recursos económicos que el gobierno del Estado priista les daba y sin poder manipular programas sociales so pena de ir a parar al penal federal de Villa Aldama. ¡Chin!

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