La sociedad xalapeña recibe una afrenta más con el cruel asesinato de la estimada maestra Guadalupe Mora Palacio, una mujer amante del arte y que gran parte de su vida la dedicó para ayudar a otros. Unas bestias, o no se sabe si sólo fue una, le arrebataron la vida el día jueves a la maestra.
Los encargados de procurar protección y seguridad a los xalapeños han fracasado rotundamente. Al parecer el móvil fue el robo, sin embargo, lo que verdaderamente importa es la protección de todos los ciudadanos. No es la primera vez que los guardianes del orden quedan expuestos como verdaderos inútiles. Unos meses atrás también le arrebataron la vida al estimado profesor Jorge Ostos; los maleantes se introdujeron al hogar del mentor y, después de asesinarlo, los maleantes huyeron en el propio coche del docente.
Hasta el momento la policía no tiene ningún avance del homicidio, y tenga la seguridad que el crimen de esta querida maestra también quedará en la impunidad. Los xalapeños desgraciadamente estamos a la buena de Dios. Descanse en paz la querida maestra Guadalupe Mora Palacio.
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