El Sistema Político, ¿el problema?

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Urna electoral para la elección a gobernado FOTO: GOOGLE
- en Opinión

Luis Ramírez Baqueiro / 

“El hombre bien preparado para la lucha ya ha conseguido el triunfo.” – Miguel de Cervantes.

México está cambiando, una nueva corriente del pensamiento político, comienza a dar esbozos, matices de esa urgente necesidad de cambio y evolución, los anquilosados integrantes del sistema político mexicano, han comenzado a padecer en carne propia, los achaques de ese cuerpo inerte en que se convirtió el aparato de estado, que producto de la permanencia en ejercicio del poder –como resultado del control total de un partido “PRI” por cerca de 80 años, y posteriormente, disfrazada de transición la construcción de un cartel de partidos-, desgasto a todo el organismo, que comienza poco a poco a desmoronarse.

Ejemplos de una corrupción ofensiva, lastimosa, producto de ese poder hegemónico que pudre y pervierte las ideas, los esfuerzos, las esperanzas sociales, encontraron en el pasado proceso electoral del 5 de junio, su punto de quiebre.

Casos como el de Javier Duarte y su camarilla como afirman ya algunos analistas, nos hablan de que la sociedad no aguanta más gobiernos retraídos y distraídos de atender como prioridad a una sociedad que a gritos demanda atención a problemas estructurales, que se siente, distante de la clase política, en la que solo ve el reflejo de la prostitución de los valores y principios, por anteponer el capital como principal premisa, pues el saqueo fue el objetivo.

Corría el año de 1990, para ser precisos un 1 de septiembre, cuando Televisa, permitió, bajo el auspicio del gran escritor Octavio Paz el desarrollo de una serie de programas en donde se pudo dar un encuentro de intelectuales ahí frente a todos los presentes y millones que seguían la señal por cable, el escritor y político peruano, Mario Vargas Llosa, habló sobre el PRI y su permanencia en el poder, como otro ejemplo de las dictaduras latinoamericanas.

Y fue frente a un sorprendido Paz, que al fin alguien, describía a la perfección al sistema político mexicano; como estudiante de preparatoria, interesado en poder conocer más sobre la participación política, esta clase de programas causaban en un servidor una importante puerta al conocimiento, por lo que le di seguimiento a la serie.

Ese jueves Vargas Llosa explicó lo que nadie podía describir sin ambages, y cito: «Espero no parecer demasiado inelegante por decir lo que voy a decir». «Yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas. Creo que el caso de México, cuya democratización actual soy el primero en aplaudir, como todos los que creemos en la democracia, encaja en esa tradición con un matiz que es más bien el de un agravante«.

«México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México«, dijo un Vargas Llosa. México, siguió, «es la dictadura camuflada«. «Tiene las características de la dictadura: la permanencia, no de un hombre, pero sí de un partido. Y de un partido que es inamovible» –cabe recordar, que tras esa discurso, debieron pasar 10 años más para alcanzar la alternancia partidista-.

Sorprendiendo a Paz y a Enrique Krausse dijo «Yo no creo», refiriéndose al PRI, «que haya en América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual, sobornándole de una manera muy sutil«.

El autor de la Fiesta del Chivo, detalló que a través de “los trabajos, nombramientos de cargos públicos y espacios para la crítica que el régimen priísta acostumbra a conceder.” Es más, dijo, «es una dictadura sui géneris, que muchos otros en América Latina han tratado de emular«. Recordó a los militares peruanos con Velasco Alvarado a la cabeza, y luego al mismo Alan García. «Tan es dictadura la mexicana», continuó, «que todas las dictaduras latinoamericanas desde que yo tengo uso de razón han tratado de crear algo equivalente al PRI«.

26 años después, alguien, se atrevió a hablar del Sistema Político Mexicano con un mensaje de fondo, con una idea, definida de la evolución política de un pueblo, que requiere y necesita otras formas de expresión.

Fue de un personaje formado bajo el manto protector de un veracruzano, como lo fue Fernando Gutiérrez Barrios, quien se atrevió a ponerle el cascabel al gato, Manlio Fabio Beltrones Rivera, pone conscientemente el punto sobre la mesa del debate y la discusión.

Luego de participar en un debate del PRD, en el que compartió sus percepciones sobre el «agotado» sistema político mexicano y plantear la posibilidad de la implementación de gobiernos de coalición, el ex presidente del PRI, aseguró que la manera en que los gobernantes son elegidos y éstos ejercen su gobierno presenta problemas de raíz.

«El problema está en el sistema político, no solamente en los hombres«, declaró el ex dirigente del tricolor.

Manlio Fabio Beltrones dijo que sí es posible que dos fuerzas políticas que puedan parecer contrarias gobiernen juntas: «¿Cómo es posible que se pueden juntar el agua y el aceite? Con un programa de gobierno común y con una agenda legislativa que se registre en el Congreso para que se cumpla«.

El político sonorense subrayó que «le apuesta más» a las coaliciones de gobierno que a las coaliciones electorales: «No son funcionales las coaliciones para gobernar, sí son buenas para ganar pero para gobernar no funcionan«.

El ex gobernador criticó que fuerzas políticas creen coaliciones electorales pero al momento de ganar alguna elección «desaparezcan»: «Las coaliciones electorales deberían de prosperar incluso en la representación que tengan en el Congreso porque para eso se están haciendo, para darle mayor gobernabilidad«.

Para el miembro del tricolor, si un candidato gana alguna elección popular pero no alcanza mínimamente el 42 % de los votos y el control de las Cámaras de su partido «que se obligue a hacer una coalición que nos dé garantías de que va a haber un gobierno estable y que ese gobierno estable dé mejores resultados y la democracia salga triunfando«.

Según estimaciones afirma Manlio Fabio «desde 1988 cada vez es menor el porcentaje de votación que va obteniendo el presidente el turno».

«El 88 fue un gran drama el que vivimos, pero no distinto al del 94 ni al del 2000, enmascarado con la alternancia», según el priísta, la elección de 2006 fue un «desastre total», ya que Felipe Calderón ganó por muy poco y tomó posesión con un Congreso agitado.

No obstante, el ex diputado considera que Enrique Peña Nieto, presidente de México desde 2012, y quien —en una alianza entre el PRI y el Partido Verde— obtuvo cerca del 38% total de votos, llegó a Los Pinos «con cierta estabilidad que le permite construir con voluntad y talento político el Pacto por México para lograr reformas«.

Manlio Fabio Beltrones llamó a una revisión del sistema político, ya que cree que como consecuencia de las supuestas fallas de éste «no tenemos paz, tranquilidad, ni crecimiento económico«.

Resaltó que es necesario corregir la fórmula en la cual el que ganaba, ganaba todo, y los que perdían, perdían todo y se dedicaban a fastidiar al que ganaba. Ahora, sostuvo, se tiene la obligación de acordar lo que le conviene al país.

A cuatro meses de haber renunciado a la presidencia tricolor, ante un auditorio variopinto conformado por perredistas, petistas y priístas, Beltrones resaltó que la gobernabilidad trae legitimidad, pero ésta difícilmente, de manera automática, trae gobernabilidad.

Visto de esta manera, esperemos, que lo que viene para México y en especial para Veracruz, permita la construcción y consumación de esfuerzos con base en una agenda común que tenga como objetivo primordial trazar un rumbo compartido, en donde los puntos de coincidencia sean ante todo, las principales primicias del debate y la discusión.

Ojalá que todas las fuerzas políticas representadas en el futuro en la Sexágesima Cuarta Legislatura, antepongan, ese factor fundamental que se llama Veracruz, a intereses de partido, que nada, absolutamente nada, bueno dejaran a la entidad.

Ciertamente, nos cuestionamos, ¿será el sistema político, el problema?

Al tiempo.

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