Gran polémica ha causado en el mundo literario la entrega del Premio Nobel de Literatura al cantante Bob Dylan. La justificación de la Academia Sueca, encargada de entregar este reconocimiento, es porque Dylan ha «creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción»; ¿what? Pues si querían que se le reconociera por la creación de una «nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción» entonces le hubieran dado el Américan Music Award.
Pero en este caso estamos hablando de literatura y que se sepa, hasta el momento la canción no es un género literario. Si bien la poesía habita en muchas expresiones artísticas como la pintura, la arquitectura, la escultura, la fotografía, la danza etcétera, etcétera, etcétera, la canción sigue apareciendo como un género musical.
Por supuesto aquí no se discute la calidad interpretativa del cantante ni su sensibilidad poética a la hora de hacer sus canciones, lo que está a discusión es la decisión absurda que tomara la Academia Sueca, que hay que decirlo, no es la primera vez que se equivoca; ¡vaya que se ha equivocado!
Una de las más grandes equivocaciones que ha cometido fue negarle el Nobel al escritor más universal de la lengua hispana, el argentino Jorge Luis Borges. A causa de eso hoy Borges es más grande y relevante que la misma Academia Sueca y muchos de sus Premios Nobel cachirules, como el de Bob Dylan.
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