Carta a un gobernador insensible que no le paga el salario a los maestros

Gobernador
Vicente Benítez González, Édgar Spinoso Carrera y Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz FOTO: WEB
- en Opinión

Luis Ortiz Ramírez / Señor Gobernador, antes que otra cosa, déjeme decirle que le escribo esta carta, no por gusto, ni por protagonismos baratos, lo hago por la necesidad que me obliga a expresar lo que siento, y lo que estoy seguro,  sienten muchos compañeros maestros como yo.  No me cabe la menor duda, que como buen cristiano que es usted, o mejor dicho, como debería ser, en alguna ocasión habrá leído lo que dice la Biblia sobre los asalariados.

Si no lo ha hecho, se lo recordare; si usted busca lo que dice; 1 Timoteo 5: 18, encontrara lo siguiente: «No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano». Y dice también: «¡Los que trabajan merecen recibir su salario!». Sí, leyó usted bien, hasta los animales tienen derecho a comer, mientras jalan el arado, por consiguiente, también los que trabajan  también tienen  derecho de recibir su paga. Usted se niega a pagar al magisterio veracruzano sus bonos que por ley le corresponden, la quincena  la paga cuando a usted le parece conveniente, y a los pensionados no les paga completo.

Déjeme decirle que si muchos de mis compañeros han salido a las calles, a trastocar el tránsito y el tráfico, no es por gusto, es por la negativa e indiferencia que hemos notado en su persona. A usted le gusta engañarnos, ya llevamos muchos años aguantando  y soportando sus desplantes. Lo peor de todo,  es que lo ha hecho con la complacencia de  nuestros líderes sindicales, si no son todos,  si la mayoría,

Reconozco que no es fácil soportar los insultos y los recordatorios maternales de choferes, taxistas y burócratas que quieren llegar sus trabajos, los entendemos y lo lamentamos, sin embargo, usted es el culpable.  Nosotros no tuvimos nada que ver, con la desviación de recursos que hicieron sus amigos que puso al frente de las Secretarías de Finanzas y  de Educación.

Solo recuerde algo, la  brutal falta de honradez, de Edgar Espinoso Carrera, se la hicieron saber y usted solamente le dio una palmada en el hombro, una nalgada y  un jaloncito de orejas, cuando lo que este reyezuelo necesita era fincarle responsabilidades penales y no premiarlo con una diputación federal.

Sr. Gobernador, lamento decirle que  le faltó carácter  para  fajarse los pantalones, los maestros solo vimos a un tipo que le temblaba la mano  para meter en cintura a  este ratero de cuello blanco.

Esa es la realidad. Sin embargo, cuando pensamos que ya no podrían estar peor las cosas, nos equivocamos, a usted se le ocurrió la brillante idea de poner al frente de la oficialía  mayor de la Secretaría de educación, a un delincuente como Vicente Benítez.

Un sujeto cargado de complejos por su  físico y su pasado. Desde su paso por la secretaría de finanzas, su olor fétido a corrupción se percibía desde lejos. Usted cree que los maestros y los veracruzanos nos tragamos su versión ridícula, cuando el famoso maestro maletas fue detenido en el aeropuerto de Toluca con 25 millones de pesos, por favor, no subestime nuestra inteligencia.

Todo mundo sabía que ese dinero era para la campaña electoral  de su ex amigo el presidente. Dinero que les correspondía a los maestros y a nuestros alumnos para mejoría de sus escuelas. A ese tipo, usted lo premio también con una diputación.

Sr. Gobernador sabemos cómo se las gasta usted, muchas veces lo vimos en eventos sindicales, congraciándose con sus socios, me refiero a los líderes sindicales, que nunca se pusieron de lado nuestro.

No crea que se nos ha olvidado, cuando nos mandó a golpear un día antes del grito de independencia, y cuando  obligo a muchos compañeros a evaluarse a punta de toletes y macanas eléctricas. Esa afrenta, el magisterio veracruzano nunca se la ha perdonado.

Sin embargo no todo es malo, el magisterio celebra su salida. Figúrese usted, que el pasado 5 de junio, fue uno de los días más importantes para los maestros veracruzanos. Mientras usted lloriqueaba su derrota, el magisterio veracruzano celebraba el  cambio.

Ese día, le demostramos a la añeja clase política, el tremendo poder que tenemos los maestros cuando estamos unidos, pero no la unidad que piden los líderes sindicales para seguir mangoneando a los maestros. Ese día le dimos la espalada a tipos como Juan Nicolás Callejas Arroyo, pero  sobre todo,  a  usted.

Por eso, no nos sorprende que  no nos quiera pagar lo que por derecho merecemos. Tarde o temprano, tendrá usted que pagarnos.

Creo que la diferencia entre su  futuro y  el mío es muy diferente; a mí me espera un aula llena de luz y el cariño de mis alumnos, y a su persona, una celda fría, la indiferencia, y el desprecio del magisterio que usted tanto humillo.

Sin más por el momento NO quedo a sus distinguidas consideraciones

Atentamente

Un maestro veracruzano, que celebra su salida y la anhelada llegada de la justicia.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *