Livia Díaz / Como tú viviste aquí, desde aquí se te escribe, se te canta y homenajea.
En unas horas no se ha hablado más que de tí en los medios.
Anoche en casa se vieron las repeticiones de tus programas.
Como presagio todo el día dijeron que esta noche se iba a transmitir el último capítulo de tu vida.
No eres Alberto Aguilera Valadéź pero, hoy, como si lo fueras.
No sabes lo que pasó. Sólo que tu reloj se quedó parado.
No eres nacido en el año 1950 en Parácuaro ni ha renacido en Ciudad Juárez. Resucitarás en Los Ángeles, California y de ahí, esperamos, traerán tu cuerpo a nuestro país.
No tenían pendientes.
Tus hijos llorarán, tus amigos y amigas estaremos inconsolables.
A todos y a cada no nos recordarán, para siempre, tus canciones. Tu poema es nuestro paso por las calles.
Caminando por las calles me entero que vendiste 100 millones de discos.
No eres Juan Gabriel pero quizá escuchaste esas canciones más de mil veces.
Planeabas un concierto en el zócalo capitalino para el día 12 de noviembre.
Un magno concierto. ¡Que te canten!
Cantemos.
No lamentaremos tu muerte.
Sólo tu ausencia.
Cantaremos.
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