La tarde del miércoles 24 de agosto, el Tribunal Estatal Electoral de Veracruz por fin validó la elección de gobernador. Ya no hay vuelta atrás. Ya cualquier ciudadano podrá taparle la boca a Javier Duarte cuando se atreva, por su mala leche, a llamar “presunto” al gobernador electo de Veracruz. Las impugnaciones que el Partido Revolucionario Institucional interpuso fueron desechadas.
Ahora sólo resta contar los días para que el infausto gobierno de Javier Duarte finalice; sólo resta esperar a que Miguel Ángel Yunes Linares se haga de un equipo efectivo; sólo resta esperar a que la PGR concluya con las investigaciones y proceda en contra de los que saquearon Veracruz; sólo resta contar los días para ver a Javier Duarte en la cárcel.
Porque es cierto que anhelamos un buen gobierno, es cierto que queremos que Veracruz salga adelante, es cierto que deseamos que le vaya bien al nuevo gobierno. Pero también es cierto que deseamos justicia; que se haga justicia para que otro sexenio que llegue un sátrapa a gobernar Veracruz, sepa que no le vamos a permitir tantos abusos.
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