¿EPN quiere enamorarnos?

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Enrique Peña Nieto
- en Opinión

Brenda Caballero / Esta semana, los reflectores han estado sobre el presidente Enrique Peña Nieto. Y es que después del escándalo del departamento en Miami donde su amigo Ricardo Pierdant pagó el predial del 2014 a su esposa Angélica Rivera, la situación ha estado muy crítica pues aumentó en los ciudadanos la percepción de que los que nos gobiernan son aún más corruptos.

Las preguntas son muchas, incluso la obligada sería: con tanta tecnología ¿no pudo efectuar su pago vía internet?

Ahora que si agregamos los resultados de la Delegación Mexicana en los Juegos Olímpicos de Río, el sabor de boca de los mexicanos se ha tornado más amargo pues hasta cierto punto, dicha justa deportiva es un distractor para la población, y con una medalla de bronce hasta el momento, para lo único que han servido es para crear un malestar mayor en contra de las federaciones deportivas y por supuesto, contra Alfredo Castillo, llamado ya “el amigo incómodo” de Peña Nieto.

Si midiéramos el malestar ciudadano, nos daríamos cuenta que casi un 80 por ciento está enojado con los gobernantes, los partidos políticos y la clase política, con el riesgo de quedarme corta. Esta tendencia se ha reflejado en las diversas encuestas donde sale reprobado el presidente, y todo indica que ni el panzazo alcanzará su gestión

El presidente ya lo sabe y ha dicho: “No llegué a la Presidencia para ganar una medalla de popularidad”.

No bastó pedir perdón a los mexicanos para subir su popularidad, por el contrario, la crítica fue mayor. Ante las señales inevitables, Peña recientemente expresó: “A veces nos quedamos muy marcados con las malas noticias, que parecería fueran comunes o fueran las que a veces más se destacaran”.

Ciertamente, para alguien que gana apenas dos salarios mínimos y tiene que mantener a su familia e hijos en escuela, el panorama actual no es alentador. ¿Cómo puede ver positivamente que todo sube y su salario se mantiene igual, mientras que sus gobernantes se enriquecen de manera desmesurada?

Ya las urnas hablaron en la última elección: el PRI, su partido, ha perdido fuerza y corre el riesgo de acabar en una tercera posición si no hace algo.

Parece que apenas le va cayendo el veinte pues se decidió a salir en entrevista con Joaquín López Dóriga en horario estelar y hablar de lo que todos hablan: de su baja popularidad, de la casa blanca, del departamento de Miami, de los bloqueos, de la CNTE, de la corrupción, la cual parece no importarle y otros temas del dominio público conocidos.

Incluso, el día de ayer, el trending topic (o el chisme veracruzano) fue lo que dijo sobre el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. López Dóriga se fue directo con Duarte de Ochoa y los señalamientos que se le imputan, además de comentar que su gobierno está en revisión por parte de la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación.

De forma muy puntual contestó: “Yo veo a cada gobernante responsable de sus actos y tiene que rendir cuentas claras sobre la responsabilidad que adquirió y que le fue encomendada”.

En referencia al caso de Veracruz y otros gobernadores que están “señalados” como Roberto Borge (de Quintana Roo), Rodrigo Medina de la Cruz (Nuevo León) y Guillermo Padrés Elías (Sonora), dijo: “Cada gobernante es responsable. Están en curso diversas investigaciones para saber si realmente actuaron fuera de la ley o no (…) Cada uno de ellos tendrá que enfrentar los señalamientos de que son sujetos, tendrán que enfrentar la investigaciones que se están realizando”.

Peña precisó que no va a solapar ni permitir actos de corrupcióny si alguien infringió algo de eso, que enfrente el peso de la Ley (…)Todos ellos, todos los señalados, tienen que enfrentar sus procesos, tienen que responder a los señalamientos (…) No voy a meter la mano por ellos, las voy a meter a favor de la legalidad”, y se manifestó comprometido como nunca.

De inmediato, las reacciones se vinieron en cascada: ¿Será que ahora se actúe contra los ex gobernadores  y gobernadores señalados?

El tiempo se le agota a Peña Nieto y la entrevista concedida al “Teacher” parece indicar que ha dado un paso para tratar de reconciliarse con los mexicanos, para enamorarlos de nuevo. Sin embargo, a estas alturas, el hablar y no actuar puede enfurecer más a los ciudadanos quienes ya están hartos del “aquí no pasa nada”.

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