Aristegui y Brozo, dos víctimas del intolerante Peña Nieto

Aristegui
Brozo y Carmen Aristegui
- en Carrusel, Investigación, Opinión

Armando Ortiz / Enrique Peña Nieto nos dio, como gobernador del Estado de México, una prueba de su forma de gobernar, una prueba de la manera como dialoga, una prueba de como soluciona los problemas. Peña Nieto es responsable de la matanza en Atenco, hecho consumado que queda en la memoria colectiva de este país, como quedó el 68 en Tlatelolco, como quedó el “halconazo”, como quedó la matanza de Acteal. Pero también es responsable de los duros golpes en contra de la libertad de expresión.

Este país nunca le perdonará la manera vil como obligó a la familia Vargas, dueños de la concesión de MVS, a que le formaran un embrollo a Carmen Aristegui para sacarla del aire. ¿Las razones? La periodista, junto con su grupo de investigadores había puesto al descubierto la famosa “Casa Blanca” de Peña Nieto. Con pruebas documentadas, con datos precisos, con valor y entereza se presentó en noviembre de 2014 un reportaje que cimbró la presidencia de Peña Nieto. El golpe fue tan duro y preciso que el presidente no se ha podido recuperar de éste. Desde ese día su popularidad anda muy por abajo del 50%; la calificación a su gestión más abajo todavía y la percepción que se tiene de él como un político corrupto muy por encima de lo que quisiera. Peña Nieto quedó estigmatizado, desnudo en su gran debilidad, la corrupción.

Ante las crisis, Enrique Peña Nieto reacciona lleno de pánico, pues las crisis muestran su debilidad. Peña Nieto es un hombre acomplejado que ante el miedo sólo sabe responder con violencia, con intolerancia.

En plena campaña electoral, en una visita que hiciera a la Universidad Iberoamericana, y ante la reacción de rechazo de los estudiantes a quienes no se les olvidaba la matanza de Atenco, con tal de no verse desnudo de miedo corrió a los baños de la institución a esconderse. Los sanitarios se convirtieron desde entonces en el refugio escatológico de un presidente con miedo.

En los meses más recientes Peña Nieto echó a andar las aspiraciones presidenciales de su secretario particular Aurelio Nuño; le inventó espolones al polluelo. Primero lo quiso hacer presidente del PRI, pero Nuño ni priista era. No le quedó de otra que hacerlo secretario de Educación, siendo que éste nunca había sido maestro. La gestión de Nuño ha sido desastrosa. No sabe llegar a acuerdos porque, al igual que su mentor, le da miedo que lo vean desnudo en su debilidad. Es por ello que se inventó una máscara de intolerante tozudo. De inflexible negociador. Sabe decir a todo que no, pero no puede con las consecuencias de su negativa. Al igual que el presidente no tolera la crítica y todo aquel que lo desenmascara es acusado ante su mentor para que este haga las gestiones para ponerlo en su lugar.

Eso es lo que pasó con Brozo, el payaso tenebroso de la televisión. Quien por su crítica ácida y combativa fue acusado por Nuño ante el presidente, a quien sólo le bastó hacer una llamada a Azcárraga Jean para que lo sacaran del aire.

El Mañanero es un programa original de Canal 40 que se transmitió del año 2000 al 2004. El programa resultó una novedad a nivel internacional pues llamaba la atención que un payaso fuera quien comentara las noticias en un país. Por supuesto ese payaso era Brozo, personaje de Víctor Trujillo creado en lo que mucho tiempo atrás se llamó La Caravana.

En 2010 Televisa se jala a Víctor Trujillo y le da un espacio en Forotv para que transmita El Mañanero. El éxito del programa fue inmediato. Víctor Trujillo, a diferencia de muchos comentaristas de noticias de Televisa, goza de más credibilidad; el tono sarcástico y mordaz del “payaso tenebroso” le da un plus al programa.

El programa sobrevive hasta que por parte de la Presidencia los comentarios de Brozo se van haciendo cada vez más ácidos. Las redes sociales replican mucho las críticas de Brozo a Peña Nieto, a Aurelio Nuño, a Osorio Chong.

El apoyo de Brozo a Carmen Aristegui en el caso de la Casa Blanca fue total; pero la gota que derramó el vaso fue la crítica de Brozo hacia el “muñeco” de Peña Nieto. El manejo del conflicto magisterial estalló, como lo advirtiera Víctor Trujillo, y a Nuño se lo llevó el payaso.

El viernes por la mañana fue la última emisión de El Mañanero, esperemos que de esta etapa. Brozo se despidió de sus colaboradores y de la producción, pero también dio un hasta luego a los telespectadores.

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