Debido a la crisis de credibilidad que ha permeado en los espacios informativos de Televisa, la empresa ha decidido sacudir la canasta para que las frutas se acomoden. Para empezar, han decidido separar las podridas y por ello sacan a Joaquín López-Dóriga, quien se había convertido en un mercenario de la noticia, vendiendo sus espacios y comentarios al mejor postor. Por supuesto que Televisa estaba al tanto, pero mientras López-Dóriga no contraviniera las disposiciones de la empresa, dejaron que se enriqueciera con su dinero mal habido.
El lugar de este mercenario lo ocupará Denise Maerker, a quien recordamos como una excelente periodista en el Canal 40, en los tiempos en que Ciro Gómez Leyva todavía no era tocado por la ambición. Maerker tiene mejor imagen que López-Dóriga, quien debe de estar dándose de topes en la cabeza por meterse con María Aramburuzabala, una de las mujeres más poderosas de Latinoamérica, quien lo puso en su lugar y lo sacó de su lugar.
La empresa también anunció la salida de la decana de los noticieros en México, la señora Lolita Ayala; Brozo también se va para que después regrese Víctor Trujillo. Pero en el fondo, aunque cambien de peones, la esencia manipuladora y codiciosa de la empresa seguirá, pues el hijo del Tigre Azcárraga no le salió pintito, le salió más bien pardo, pero del alma.
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