Poco a poco, vemos cómo el poder de Televisa va disminuyendo. Sus ratings han bajado: la gente empieza a darse cuenta que sus producciones son de muy baja calidad; sus noticieros y periodistas carecen de toda credibilidad y, por si fuera poco, se encuentran envueltos en escándalos por lavado de dinero con gobernadores de mala fama, como el mandatario de Veracruz, Javier Duarte.
Lo anterior se traduce en pérdida de poder también, por eso ya no puede disponer de las voluntades de los demás, como en el caso del equipo de futbol mexicano, las Chivas rayadas de Guadalajara, quien acaba de revelarse al gigante de la televisión en nuestro país, y no renovarán su contrato por sus derechos de transmisión.
Claro que es un duro golpe al bolsillo de la empresa de El Pedregal, por lo que a través de sus esbirros de la información, como el del noticiero de la mañana, Carlos Loret de Mola, anuncian las “malas noticias”: «Millones de aficionados se quedarán sin ver los partidos de su equipo, lo cual será lamentable… La propuesta del Club Guadalajara venció ayer sin haber tenido respuesta por parte del club».
Se sabe de buenas fuentes que el equipo del Rebaño Sagrado ya está en negociaciones con Fox Sport para transmitir los juegos de las Chivas en televisión restringida, y se hablan de 40 millones de pesos al año.
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