El equipo chafa de Héctor Yunes

Equipo
Héctor Yunes Landa
- en Opinión

Édgar Hernández* /  

¡Las rémoras del Duartismo lo quieren empujar a la derrota electoral!

Salvo dos que tres excepciones, buena parte del grupo que rodea al candidato a la gubernatura Héctor Yunes Landa se ha mostrado carente de sensibilidad, talento y capacidad de respuesta ante las embestidas no del adversario, sino del enemigo a vencer Miguel Angel Yunes Landa.

¿Qué hace ese ostentoso “War Room” que con millonarios recursos opera desde lujosas residencias en el exclusivo fraccionamiento Las Animas?

Qué hacen Enrique Ampudia, el cabeza de lata ¿cómo se llama este amigo?, el capitán chanclas, los Arcos, Deantes, Erick Lagos, Alberto Silva y toda esa fauna que tiro por viaje empinan a Yunes Landa en sus estrategias presuntamente vencedoras.

Dónde está Sonia Sánchez (de Chirinos) que llegó como la embajadora del infelizaje y terminó rodeada de lujos, asistentes y millonarios viáticos. Como los cohetones: subió al cielo y hoy hay que ir a recoger las varas.

Dónde está ese talento escondido de Alicia González Cerecedo, Yolanda Gutiérrez Carlín o Jorge Moreno que se siente galán y anda de ligue en ligue. Si el equipo, el primer círculo, lo encabeza este decantado político vaya que está jodida la cosa.

Dónde ese vocero de apellido Filobello que más parece voz-cero intrigando y entorpeciendo las tareas de los verdaderos periodistas que se han acercado a Héctor para ayudar más que para ayudarse.

Dónde los sabios de la comunicación estratégica que desde la representación de la ciudad de México que encabeza Carlos Acevedo según que le resuelven las problemas con la prensa nacional.

Y dónde el priismo aldeano que encabeza Amadeo Flores Espinosa que relegado y automarginado solo acierta a ser comparsa de declaraciones contrarias a tajantes definiciones de Yunes Linares.

No se nota coherencia ni coordinación alguna con la Federación. Manlio ausente; el apoyo gubernamental a cuentagotas y a Peña Nieto verdaderamente le vale madre Veracruz.

A mitad del camino cuando la hora de la verdad se acerca, más parece intencionado el afán duartista por echar abajo la elección que traducirlo en triunfo.

Mas en encajonarla en tribunales y llevar la elección a la anulación para que regrese al punto cero el proceso comicial y se cumpla el propósito político de empujar a Alberto Silva como candidato emergente para la nueva elección que ya ni siquiera sería de dos años, sino de un año.

El peor enemigo de Héctor es a no dudar el propio PRI. Es el lastre de Javier Duarte que hace como que ayuda sin ayudar, que se entrega de palabra, pero en los hechos deja ver su yoyismo.

Yo soy el que te daré la victoria; yo el coordinador de mapaches; yo el de las 300 mil boletas electorales que meteré en las urnas el 5 de junio; yo el que sabe cómo hacerlo; yo el que ayudaré a cambio de impunidad y yo el que te impongo a los candidatos a diputados…

A Héctor le han hecho creer que cuatro puntos abajo en las encuestas es victoria y que todo debe ser pegarle al primo.

Acaso por ello el desmarque de Héctor. Acaso por ello no se abraza a su partido ni utiliza el rojo como símbolo, sino el verde como esperanza. Acaso por ello es que se refugia en los suyos, en sus verdaderos amigos y aliados Dalos, el pollo Pérez Fraga, Esaú Valencia, la Domínguez, doña Alicia González, el muerto y su brother Harry Ward, así como su brillante y sensible esposa Verónica y sus hijas Liz y Andrea.

Escribe con certera preocupación el experimentado maestro universitario, analista político, autor de libros sobre Derecho Electoral y Parlamentario, Francisco Berlín Valenzuela que al acercarnos a casi a la mitad del proceso de las campañas electorales “lo que a primera vista puede apreciarse es que cinco candidatos han invertido su mayor esfuerzo en golpear y funcionar como arietes contra Miguel Angel Yunes Linares”.

Hasta pareciera que comparten un encargo común o que se han mimetizado hasta el punto de compartir: los mismos argumentos; animosidades; pasiones; y materiales para su similar denostación. Para describir su insidiosa actuación cabría utilizar la imagen de “todos contra uno y uno contra todos”.

Los cinco aspirantes (Héctor, Cuitláhuac, Alba Leonila, Juan y el “Pipo”) han venido realizando una descalificación personal, denuncias y ataques al contrincante azul y a diferentes miembros de su familia. Ya mismo hay consenso de que Héctor está siendo mal aconsejado sobre todo al decidir de nueva cuenta subirse al ring.

Dice el doctor Berlín que “Su discurso- -el de Héctor- está lleno de encono y punzantes afirmaciones que lo han colocado -otra vez-, en el camino de una dinámica que anteriormente no le favoreció”.

Y todavía peor, el experimento, lejos de debilitar a su principal oponente, lo está consolidando, ubicándole –firmemente-, en el tercio desde el que compartirá el triángulo de preferencias en el que –seguramente–concluirá el proceso electoral”.

Todo ello es en buena medida resultante de esas malas consejas. De ese desacertado cuarto de guerra que a la vieja usanza busca la pulverización del adversario sin considerar que Miguel Angel viene del mismo tronco.

Habremos de coincidir pues que hay una clara desorientación en los estrategas que lo asesoran.

“La posición de pugilista ya probó su ineficacia y ahora, no solo repiten la dosis, sino que han convertido al mensaje impulsivo y arrebatado en el vértice de su campaña”.

A días de la de una inconsecuente jornada electoral todo indica que es inevitable su judicialización.

Ello a menos, tal como opina Berlín Valenzuela, que se establezcan  las dos o tres ideas nucleares en derredor de las cuales formule su oferta política con ideas que le den viabilidad a su propuesta, e identidad a su candidatura; que le acerquen a Héctor a personalidades académicas, sociales, empresariales, artísticas, deportivas, etc. de probada trayectoria y/o popular aceptación alejándole a las rémoras de la Fidelidad y que se identifique y organice la promoción del voto de los priistas que constituyen el voto duro del partido así como a los simpatizantes del tricolor.

El barco priista está ladeado por culpa de consejeros incapaces de estar a la altura de tan disputada plaza; del lado de Héctor solo hay generales, la tropa nunca llegó y ellos son quienes le están creando un entorno muy parecido al que le gestaron a Javier Duarte, un mundo, el mundo del no pasa nada.

Y no pasa hasta que pasa.

La pesadilla comenzará el cinco de junio si Héctor no se pone la pila. Aún hay tiempo.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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