‘Buenas noches y buena suerte’; apuntes sobre un periodismo comprometido

Periodismo
Buenas noches y buena suerte

Armando Ortiz / Good night and good luck (título en inglés) es una película norteamericana filmada en 2005 con la dirección y el guion de George Clooney. La trama de la película es sobre el histórico enfrentamiento del periodista Edward Murrow contra el intolerante senador Joseph McCarthy, quien había iniciado a principios de la década de los 50’s una cacería de brujas en contra de todo aquello que oliera a comunismo.

Eran los tiempos de la guerra fría, la Unión Soviética mantenía una hegemonía total en toda la Europa del este; para muchos el comunismo era el enemigo a vencer pues ponía en riesgo el estilo de vida capitalista de los norteamericanos. El senador McCarthy aprovechó esa condición vulnerable del ciudadano común para meterle miedo y provocar una psicosis en contra de todo aquel que hubiera participado en alguna asociación de izquierda. Los acusados eran llevados ante un jurado y después de confesar su vocación izquierdista debían delatar a sus familiares y amigos. La locura de McCarthy llevó a muchas personas honorables a perder la dignidad, volvió cobardes delatores a muchos americanos que por salvar el pellejo de manera infame y mentirosa acusaron a personas de excelente reputación. Muy pocos se enfrentaron a McCarthy, pues sabían que todo aquel que se opusiera a los métodos macartistas era acusado de comunista.

Pero Edward Murrow hurgó en su consciencia y entendió que no podía permitir que un sociópata como McCarthy arruinara la vida de gente inocente. Fue por ello que inspiró al equipo de televisión de la CBS que hacía el programa “Véalo ahora” para realizar varios programas periodísticos en los que ponía en evidencia los métodos infames del senador republicano de Wisconsin.

Son históricas y aleccionadoras las palabras de Murrow en donde pone en evidencia a McCarthy: “Su principal logro [del senador McCarthy] ha sido el de confundir a la opinión pública, entre las amenazas del comunismo. No debemos confundir desacuerdo con deslealtad. Debemos recordar siempre que una acusación no es una prueba y que una condena depende de la evidencia y del debido proceso de la ley. […] No caminaremos con miedo, el uno del otro. […] No descendemos de hombres temerosos, de hombres que temían escribir, hablar, asociarse y defender causas que eran, por el momento, impopulares. […] ¿Y de quién es el fallo? En realidad no es suyo. Él no creó esta situación de miedo; él meramente la explotó, y más bien exitosamente. Casio estaba en lo cierto: «El fallo, querido Bruto, no está en nuestras estrellas, sino en nosotros mismos»”.

Finalmente el periodismo que ejercía Edward Murrow triunfó contra la intolerancia y la mentira de McCarthy; éste fue señalado por el propio Senado norteamericano, fue relegado y al final murió alcohólico, viviendo en el ostracismo.

Por su parte Murrow y su equipo se desempeñaron como brillantes periodistas en diferentes programas, muchos de ellos fueron los iniciadores del programa 60 minutos, que durante décadas la cadena CBS ha trasmitido y que ha puesto en evidencia la corrupción de la clase política norteamericana.

El periodismo entonces era considerado el cuarto poder, se le ponía a la par del poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo. Hoy día las cosas han cambiado. El periodismo ya no se mueve sobre una ética sustentada en valores y principios, hoy el periodismo se mueve a partir de intereses; el periodismo actual busca compartir el poder económico de los corruptos, olvidándose del beneficio social que representa para los ciudadanos.

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