El Higo, Ver. Con un sueño infantil de atender a las personas quebrantadas en su salud creció Erika Guerrero Olvera, directora solidaria de la licenciatura de Enfermería de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, quien luego de estudiar dicha carrera y esforzarse, hoy es la responsable de coordinar las labores de tal licenciatura en este lugar y que está convencida que el éxito de esa casa de estudios se basa en la conjugación de esfuerzos de alumnos, asesores solidarios y la propia institución.
“Hoy entiendo el desempeño que los asesores solidarios realizaron cuando fui alumna, son muy importantes en el desarrollo educativo, pero es una triada lo que hace posible el avance de la institución, los alumnos asimilan el conocimiento y deben desempeñarse de manera responsable como profesionistas; en tanto que los asesores solidarios son los que dirigen el aprendizaje y la universidad brinda los programas acordes a las necesidades de cada región. Todos ellos forman lo que se denomina universidad y no los espacios físicos, su trabajo en conjunto destacan el conocimiento y la calidad educativa que se requiere para servir a la sociedad”.
Y agregó, “soy egresada de la misma licenciatura, entonces me gusta ayudar a mis alumnos a que se conviertan en profesionales y que ayuden a más personas; a fomentar en ellos el espíritu de servicio, el que tengan conocimiento que se atiende una vida y que se debe estar atento a ello y eso requiere vocación, entrega y sacrificio. Quienes estudian esta carrera deben estar conscientes de amarla y saber si tienen la vocación para ejercerla”.
Indicó que el éxito de la universidad es tal que, “Aquí tenemos alumnos de los alrededores de este lugar y en especial de aquellas comunidades lejanas y que requieren de traslados de casi tres horas para que los fines de semana se preparen; conozco la lucha que hacen por conseguir su objetivo, así como el apoyo que sus familiares les dan para que cumplan su sueño”.
Expresó que la sociedad nota el trabajo de la institución y confía en ella porque requiere que nuevos profesionales comprometidos, responsables, éticos y sinceros en su decir y hacer, además de que los habitantes se dan cuenta que a los estudiantes se les da un buen trato, que cada uno es valioso y es una historia de éxito que se ha desarrollado gracias al asentamiento de la universidad en el norte de la entidad.
“La UPAV llegó en el momento adecuado, hacía falta en esta región en donde el acceso a la educación superior queda retirado, por lo que el hecho de que la universidad del pueblo se asiente en esta demarcación, propicia el desarrollo y la oportunidad para que hombres y mujeres se preparen y mejoren su existencia. Aprovecho para agradecer al rector Andrés Blancas Portilla por permitirme colaborar en esa casa de estudios que llegó para quedarse”, concluyó.
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