«El horno no está para bollos», señala Harry Grappa sobre crisis veracruzana

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Harry Grappa
- en Carrusel, Estatales

Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. «El horno no está para bollos», señaló el secretario de Turismo, Harry Grappa Guzmán, sobre la crisis financiera que enfrenta Veracruz y afecta en materia turística.

En rueda de prensa, realizada en las oficinas de Sectur para anunciar la Feria Nacional de la Orquídea, a efectuarse en Coatepec del 19 al 27 de marzo, el funcionario estatal destacó que las actividades turísticas han sufrido un recorte para este año.

«No hemos dejado de hacer actividades, claro que en este 2016 las fiestas han sufrido un recorte. La situación económica no está, como decimos en mi tierra, el horno no está para bollos».

Además, admitió que aunque no se garantice la seguridad de los ciudadanos y visitantes, se seguirá promoviendo a Veracruz como un lugar turístico; reconoció que el panorama de violencia daña la imagen del estado y merma la llegada de turistas.

Sin embargo, al ser cuestionado sobre las acciones que emprende la dependencia estatal para evitar la baja en el turismo por la ola de violencia, respondió, en tono burlesco: «Hacemos la Feria de la Orquídea y otras actividades a lo largo del estado como el Carnaval, La Candelaria y Cumbre Tajín».

Asimismo, destacó que la inseguridad no le compete como titular de la Secretaría de Turismo y, por ello, debe instruir que se continúe con la promoción de la entidad veracruzana.

«Entiendo que hay cosas que impactan, favorable o desfavorablemente, situaciones que están lejos de nuestra competencia, pero también entendemos que la promoción de Veracruz no puede parar, que la infraestructura de los prestadores de servicios requiere de acciones concretas y seguir promoviendo a Veracruz».

Grappa Guzmán presumió haber dirigido Sectur desde hace cuatro años y minimizó el problema de inseguridad que ha prevalecido durante el gobierno estatal, que encabeza Javier Duarte de Ochoa.

Lo anterior, pese a que cinco jóvenes fueron secuestrados por policías estatales, a cargo del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y entregados a miembros del crimen organizado para ser torturados, quemados y arrojados a un río.

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