Anna-Teresa Tymieniecka, la amiga de Juan Pablo II

El culto a la deidad humana le ha funcionado a la Iglesia católica durante cientos de años. Sin embargo, sus representantes humanos, son de carne y hueso y también tienen sus propias pasiones. El periódico El País en su edición de hoy revela la larga amistad de Juan Pablo II y una filósofa estadounidense. La amistad comenzó en 1973, cuando Anna-Teresa Tymieniecka, contactó con Karol Wojtyla, entonces arzobispo de Cracovia, por un libro de filosofía que éste había escrito. Las cartas de Wojtyla eran, al principio, más bien formales pero a medida que su amistad con Tymieniecka —casada desde 1956 y con tres hijos— se fue haciendo más estrecha, las misivas se fueron volviendo más íntimas. Al parecer la mujer, ya fallecida, llegó a decirle a Karol Wojtyla lo que ella sentía por él, sin embargo, el futuro pontífice sólo le correspondió con su escapulario.