En este momento #TodosSomosUV

- en Investigación, Opinión

Armando Ortiz / Se pueden tener diferencias con Sara Ladrón de Guevara, rectora de la Universidad Veracruzana; puede uno dudar del manejo de los recursos en manos de Clementina Guerrero; puede uno reprochar a los directivos que no se hayan tomado medidas contra aquellos que de manera inapropiada lucran con nuestra universidad: investigadores que no los son, líderes sindicales; alumnos que han aprendido a centavear a los maestros; maestros que usan el chantaje para aprovecharse de algunos alumnos. Pero sobre todo esto debe haber, por parte de la sociedad, un agradecimiento enorme por todo lo que la Universidad Veracruzana nos ha brindado.

No hay parangón, lo que aporta el gobierno federal, lo que aporta, o debería aportar el gobierno estatal es poco si tomamos en cuenta la cantidad de egresados que con el conocimiento adquirido por la UV han brindado un servicio social y profesional a este estado.

Si Veracruz no se ha derrumbado a pesar de estos dos sexenios devastadores, es porque muchos profesionistas, egresados de la Universidad Veracruzana, forman parte de la base sólida que sostiene a esta sociedad.

Los que hemos pasado por las aulas de la UV conocemos el valor del conocimiento que nos ha brindado; reconocemos el esfuerzo de nuestros profesores, nos hemos aprendido sus nombres porque dejaron una parte de ellos en nosotros. Cómo olvidar mis clases de Quijote con la maestra Mercedes Lozano; mis clases de Pensamiento Hispanoamericano con Nidia Vincent; cómo olvidar la cátedra de José Luis Martínez Suárez o la manera como Efrén Ortiz nos conducía por la experiencia estética; cómo olvidar la pasión de Mario Muñoz por el cine o la experiencia de encontrarse a Sergio Pitol, un Premio Cervantes de Literatura, comiéndose en los pasillos de Humanidades un volován relleno de pollo.

Cuando reviso mi certificado con promedio de 9.6, observo los nombres de las asignaturas y me vuelven a dar ganas de repetir la experiencia. Se podría decir que la universidad me salvó la vida. Meses antes había tenido mi segundo accidente automovilístico en el que casi pierdo la vida. Afortunadamente el saldo sólo fue una fractura de húmero y astillamiento del hombro. Lo perdí todo, porque un hombre pleno no puede privarse de la experiencia de perderlo todo al menos una vez en la vida. De ese oscuro pozo salí gracias a mi familia y a la Universidad Veracruzana. Pocos conocen la experiencia de estudiar después de no hacerlo por casi 15 años. Se acumula una sed intensa que sólo se sacia en una fuente inagotable. Es por ello que ante todo y contra todo, siempre defenderé a la Universidad Veracruzana, porque ella también me salvó la vida.

Indigna el trato que este gobierno le ha dado a la Universidad Veracruzana, nos llena de coraje entender que los malos manejos financieros de un grupo de políticos voraces haya llegado a perjudicar de esta manera una institución que está muy por encima de ellos. El gobierno del estado ha derrochado millones de pesos en sostener los vicios de esta clase política, es por ello que en la quiebra han arrastrado a la UV. El caso se agrava cuando entendemos que los recursos que la federación entrega a la UV también fueron tomados por estos saqueadores. La Secretaría de Finanzas era sólo un intermediario para que esos recursos se entregaran correctamente, pero también se quedaron con ese dinero.

Más indigna el hecho de que el gobernador, quien ni siquiera es egresado de la UV, o quizá porque no es egresado de la UV, salga a decir que de manera solidaria se subsidia a la universidad y que por eso no se le debe nada, porque como son subsidios, si a ellos les falta buena voluntad, pues no están obligados a pagar. A pesar de eso hubo reuniones, y en las reuniones promesas, promesas que no se cumplieron. Ahora se exige que esas promesas se cumplan, y se exige con la ley en la mano. Pero de manera artera el gobierno ha salido con el discurso de que quien en realidad debe dinero es la UV y que ellos sí, el gobierno, les puede cobrar a lo “chino”.

Si el gobierno piensa que nos creemos sus mentiras está equivocado. Es tiempo de que la comunidad universitaria salga a las calles a defender a la UV, porque sea que seamos o no egresados de esta universidad, por los beneficios que la institución ha brindado a los veracruzanos, en este momento #TodosSomosUV.

Postdata 1: Rodrigo Montoya, el pusilánime

Después de una breve nota publicada en el portal Libertad bajo Palabra, en donde hablamos de la arrogancia del secretario particular del alcalde de Xalapa, este sujeto ha corrido como plañidera a “acusarme” con amigos periodistas, con amigos académicos y hasta amigos personales para decir que no sabe por qué un servidor lo agrede de esa manera. No hemos dicho más, aunque tenemos mucho para demostrar, por ejemplo: Que este sujeto no tiene carrera universitaria, aunque se ostente como licenciado; que ni siquiera pasó el examen de admisión de en la facultad de Derecho (http://www.uv.mx/escolar/licenciatura2012/resultados/pdfs/57.pdf); que si le dieron entrada en la UV fue porque hubo un corrimiento que lo benefició (http://uvlicenciatura2012.aexiuv.com/index.php/convnov/lista/58); que a pesar de estar inscrito no asistía a clases; que ofrecía acercamientos con el alcalde a quien le hiciera tareas y trabajos para pasar las materias; que regularmente usa su cercanía con el alcalde para que los maestros lo pasen; que ha formado una cofradía de sujetos que en sus ratos libres se la pasa en palacio municipal para ver que pescan; que a pesar de todo eso no va a sacar la licenciatura, pues no aparece entre los que deberán inscribirse en la carrera de Derecho para el siguiente ciclo (http://www.uv.mx/escolar/preil-201651/pdf/DERE-08-A-CR-X.pdf). Un sujeto tan pusilánime, que acude a mis amigos para ponerme en mal no se merece una columna completa de este servidor.

Postdata 2: Vaya desde esta columna una sincera disculpa al alcalde de Xalapa por el mal entendido que el sujeto anterior originó y por el cual hubo un reclamo de mi parte. Usted, alcalde, como su padre, merecen todo mi respeto.

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